El fisioterapeuta Eduardo Zamorano nos cuenta cómo abordar el trastorno craneomandibular desde la fisioterapia

Mar 16, 2022

Eduardo Zamorano es el coautor del libro “Fisioterapia en el dolor orofacial y en el trastorno craneomandibular. Evaluación y tratamientos basados en la evidencia clínica y científica” editado por la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería y al que entrevistamos para saber más de este tipo de trastorno, de sus consecuencias para la salud y de la importancia de los fisioterapeutas en su diagnóstico y tratamiento. Puedes escuchar su entrevista completa en el podcast de Frecuencia Enfermera «Sanará Mañana».

¿Qué es el trastorno temporomandibular?

El trastorno temporomandibular está enmarcado en lo que entendemos como dolor orofacial. Es un dolor que se produce en el cráneo y que puede manifestarse a través de dolor como cefalea, cervicalgia como dolor facial y como dolor también entorno a la articulación.

Se trata de un entorno muy frecuente. Cuando se habla de dolor orofacial, su primera causa es el dolor dentario que suele evaluar el odontólogo o el estomatólogo y tratar ellos. Pero la segunda causa de dolor orofacial es, precisamente, el trastorno temporomandibular. A grandes rasgos, el trastorno temporomadibular se divide en dos categorías. Uno, el que está ocasionado por alteraciones que afectan directamente a la articulación, trastorno mandibular artrogénico y el otro es el relacionado con síntomas que provienen fundamentalmente de la musculatura responsable de los movimientos de la mandíbula. En este caso se trata de trastorno temporomadibular miogénico.

¿Cuál es el perfil de pacientes que sufre este trastorno?

El trastorno temporomandibular curiosamente es de baja frecuencia y prevalencia, se trata de un problema que se manifiesta a partir de la adolescencia, es decir, suele tener un comienzo a partir de la segunda década de la vida, siendo importante también en personas en la tercera década. En los ancianos no es un problema tan importante como lo es en adultos jóvenes. Este trastorno presenta una mayor frecuencia en mujeres, teniendo más riesgo de sufrirlos en la etapa de la adolescencia.

¿Por qué tiene más incidencia en mujeres que en hombres?

Se discuten las causas que pueden justificar esto como factores constitucionales, hormonales… El papel de las hormonas en el dolor, en la inflamación y también factores de carácter psicosocial. Parece ser que los estrógenos pueden jugar un papel y por ejemplo sabemos hoy en día que las mujeres que siguen un tratamiento hormonal sustitutorio después de la menopausia tienen más riesgo de sufrir un trastorno temporomandibular en comparación con aquellas mujeres que no lo siguen. Después de la menopausia la prevalencia tiende a disminuir. Entonces parece que hay algún factor hormonal de por medio. Es complejo analizar cómo influyen los factores psicosociales, la cultura, etc. eso daría para un programa entero. Y luego factores constitucionales (…) como la laxitud o la hiperlaxitud ligamentosa también juegan un papel.

¿Cómo afecta este trastorno en el día a día de las personas que lo sufren?

Primero tenemos que saber que los movimientos de la mandíbula son movimientos que están implicados en funciones imprescindibles o muy importantes como es la masticación, como es la propia articulación de la palabra, gestos habituales como el bostezo, etc. Conllevan importantes movimientos de la articulación. Por tanto, las repercusiones funcionales pueden ser muy importantes. El deglutir, el tragar, el masticar, el hablar, el comunicarnos, etc. son actividades inherentes al ser humano imprescindibles para la vida. Por lo tanto, el trastorno temporomandibular puede llegar a tener importantes repercusiones en la calidad de vida. El dolor maxilofacial, en torno a la articulación, el dolor de oído, limitaciones del movimiento, presencia de ruidos, chasquidos, asimetría, dificultad para morder, etc. Son manifestaciones clínicas frecuentes a las que prestamos atención.

 ¿Cuál es el papel de la fisioterapia en este trastorno?

Los que están más vinculados con este tipo de alteraciones son por una parte los odontólogos, los cirujanos maxilofaciales y luego otros profesionales que intervienen algunos en el diagnóstico y otros en el tratamiento. Uno de los más importantes, porque hoy en día se considera que los tratamientos conservadores son los más validados y los más eficaces, es la fisioterapia.

Entonces, el fisioterapeuta como especialista del movimiento y como especialista en el tratamiento a través del movimiento junto con el apoyo de agente físicos, etc. es un profesional que tiene un background, una formación que le hace muy eficaz para tratar estructuras musculo esqueléticas, aparato locomotor y esta articulación forma parte también de estas estructuras. Por tanto, con la formación adecuada, el fisioterapeuta se convierte en un profesional muy eficaz y competente para establecer estrategias de prevención, de detección y tratamiento del trastorno temporomandibular. Tanto en la vertiente artrogénica como miogénica.

 ¿Qué necesidades habéis detectado para escribir este libro?

Se trata de un problema de salud pública importante. Desafortunadamente la sanidad no da respuesta por una parte por la alta demanda y la poca cantidad, porcentaje, masa crítica, de profesionales formados en el tema. Entonces es una necesidad aumentar la masa crítica de profesionales, entre otros los fisioterapeutas para la detección para la evaluación y por supuesto para el tratamiento de este problema.

 ¿Qué contenidos se abordan en el libro Fisioterapia en el dolor orofacial y en el trastorno craneomandibular?

Se trata de un texto que, por una parte, aborda los fundamentos de lo que es trastorno, las diferentes categorías, diagnósticos, todos los fundamentos anatómicos, artrológicos, miológicos y neurológicos del complejo craneomandibular en su conjunto. Cuáles son las principales herramientas de evaluación, las diferentes categorías diagnósticas dentro de un modelo de razonamiento clínico de fisioterapia y luego las estrategias de tratamiento. Todo el aporte que ha hecho la terapia manual y el ejercicio terapéutico, la importancia del uso de algunos agentes físicos y las herramientas de educación al paciente y su formación en autocuidados.

¿Qué conocimientos aportas en esta publicación?

Aquí colaboramos compañeros todos con un amplio bagaje tanto docente como clínico en el trastorno temporomandibular. Se puede resumir con que en este libro se conjuga, por una parte, es el conocimiento biomédico del problema, la evidencia científica de las intervenciones de lo que es el problema y por otro lado, la experiencia clínica. En mi opinión se ha aglutinado todo lo valioso de la evidencia, lo valioso de un conocimiento biomédico contrastado acerca del problema y la amplia experiencia de profesionales en el manejo clínico de pacientes con esta alteración.

 ¿A quién va dirigido?

A cualquier profesional biosanitario que le interese el trastorno temporomandibular y en particular y, sobre todo, a fisioterapeutas que quieran aprender a cómo evaluar a cómo tratar a cómo planificar un tratamiento, cómo establecer jerarquías, objetivos, pronóstico, del problema.

 ¿Qué destaca a este libro sobre el resto?

La literatura más abundante acerca del tema y su relación con la fisioterapia, desafortunadamente se centra exclusivamente en la articulación temporomandibular y en la musculatura craneomandibular. Y se hace poco caso, en la mayoría de los textos a la musculatura orofacial, a la importancia del eje cráneo cervical y se desatiende, por decirlo así, en la mayoría de los textos relacionados con este tema a un modelo de interdependencia regional. Hoy en día nosotros sabemos que el eje cráneo mandibular desde un punto de vista funcional, fisiológico, neuroanatómico, anatómico y biomecánico está absolutamente integrado y es indivisible del raquis cervical y de la unión cráneo vertebral. En este libro se aborda el trastorno temporomandibular desde una perspectiva integradora. Se tocan aspectos neurodinámicos que lo destaca frente a otros textos y por otro lado es un libro que refleja un equilibro entre lo que serían materias básicas, biomédicas, anatómicas, biomecánicas, neurodinámicas… con contenidos prácticos descritos de manera que el lector pueda hacer un uso práctico, llevarlo a la actividad clínica una vez que se entienda, madure e integre.

 

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