Loira Fernández
Directora del Centro de simulación clínica de Fuden
Así vivimos el curso multidisciplinar del mes de noviembre
Cada mes de noviembre, coincidiendo con el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, renovamos nuestro compromiso con una formación sanitaria sensible, humana y basada en la evidencia. Este año hemos desarrollado una nueva edición del curso “Atención sanitaria multidisciplinar a la violencia de género”, un programa donde la simulación clínica se convierte en una herramienta esencial para entrenar competencias que van mucho más allá de la técnica.
La violencia de género es una realidad compleja que impacta en la salud física, emocional y social de las mujeres. Detectarla, acompañarla y abordarla requiere habilidades que no siempre se adquieren sólo desde la teoría. Por eso, en este curso, las y los participantes se sumergen en un entorno seguro donde pueden entrenar (sin riesgos para nadie) lo que después deberán aplicar en contextos reales.
Simulación con pacientes estandarizadas: una oportunidad para “ver” lo que a veces no se ve
A lo largo del curso, las personas participantes trabajaron con pacientes estandarizadas, mujeres formadas para representar situaciones clínicas y emocionales complejas. Gracias a ellas, pudimos entrenar competencias fundamentales como:
- Entrevista clínica sensible y no directiva
- Detección de señales físicas, emocionales y conductuales
- Generación de un espacio seguro y confidencial
- Comunicación terapéutica y escucha activa
- Preguntas progresivas y adecuadas al nivel de confianza
- Respeto a los tiempos, límites y decisiones de la mujer
Estas interacciones permiten vivenciar en primera persona la dificultad de abordar la violencia de género: la ambivalencia, el miedo, la culpa, el silencio y también los momentos de claridad. Todo ello en un entorno protegido donde se puede parar, respirar, pensar y volver a intentarlo.
El debriefing: donde ocurre el verdadero aprendizaje
Tras cada ejercicio, los grupos participaron en debriefings estructurados, un espacio donde analizar lo vivido, compartir emociones, revisar decisiones y comprender qué herramientas funcionaron y cuáles deben seguir entrenándose.
En estas conversaciones se trabajó especialmente:
- la gestión emocional del profesional,
- los sesgos conscientes e inconscientes,
- la importancia del lenguaje,
- la construcción de la confianza,
- y la coordinación con otros perfiles profesionales.
El debriefing es siempre el corazón de la simulación, pero en un curso como este, cobra un valor aún mayor.
Formación para proteger, acompañar y transformar
La violencia de género no es solo un problema social: es un problema de salud pública. Y la simulación clínica permite preparar a los profesionales para responder con sensibilidad, rigor y humanidad.
Este curso no busca que nadie aprenda “qué decir”, sino cómo estar, cómo escuchar, cómo acompañar y cómo actuar sin poner en riesgo a la mujer.
Porque cada caso es distinto, cada historia es única y cada intervención sanitaria puede marcar una diferencia enorme.
La simulación permite equivocarse sin dañar, reflexionar sin miedo y mejorar con propósito.
Queremos agradecer especialmente a:
Lucila Fernández, psicóloga y facilitadora principal del curso, su mirada clínica, su sensibilidad y su capacidad para acompañar procesos complejos que fueron fundamentales para crear un espacio seguro y profundamente formativo.
Mariam, actriz y paciente estandarizada
Gracias por tu profesionalidad, tu entrega y tu capacidad para dar vida —de manera respetuosa y cuidadosa— a situaciones que requieren enorme sensibilidad.
Tu trabajo permitió que los participantes vivieran experiencias realistas que difícilmente podrían entrenarse de otra manera.
Gracias a todas las personas participantes por su implicación, su sensibilidad y su compromiso. Continuaremos formando equipos capaces de ofrecer una atención sanitaria más justa, más segura y más humana.
