El papel de la enfermera de práctica avanzada es muy diverso y heterogéneo siendo las unidades de cuidados críticos unos de sus posibles entornos de impacto. Mi nombre es Inma y he tenido la oportunidad de desempeñar este rol de Advanced Critical Care Practitioner (ACCP) en Reino Unido.

¿Cuál es este rol?

En esta entrada del blog de la Escuela de Liderazgo de FUDEN me propongo presentaros a una enfermera con mucha experiencia clínica que ha desarrollado sus habilidades y conocimientos teóricos a un nivel muy alto, siendo parte del equipo médico, y de su planilla de rotación.

Las ACCP están entrenadas para tomar decisiones clínicas de alto nivel y, a menudo, tienen su propia lista de trabajo con sus propios pacientes. Ellas garantizan y mejoran la continuidad y la calidad de la atención al paciente; dan formación e igualmente, comprenden y realizan auditorías clínicas. Además, las ACCP demuestran constantemente un conocimiento en profundidad en una variedad de áreas temáticas relevantes para el campo de los cuidados críticos, por ello, trabajan de manera autónoma en situaciones reconocidas y protocolizadas, siendo las responsables del día a día del paciente crítico junto con el equipo médico. Ellas participan en los pases de la unidad y se encargan de la valoración clínica del paciente, realizada siempre de manera exhaustiva y sistemática.

¿Cómo lo hacen?

Aplican la teoría a la práctica a través de un modelo de toma de decisiones clínicas, analizando de forma crítica, evaluando y sintetizando diferentes fuentes de información. El propósito de esto es el de valorar, manejar y dirigir el cuidado del paciente crítico, aplicando los principios de diagnóstico y razonamiento que subyacen al juicio clínico y la toma de decisiones. De esta manera, ellas son capaces de diagnosticar y tratar las necesidades de la salud del paciente crítico, refiriéndolo al especialista apropiado dependiendo de la condición del paciente. En cuanto al plan de tratamiento también lo inician y lo dirigen pudiendo pedir y realizar pruebas diagnósticas, intervenciones invasivas y siendo además muy conscientes de la capacidad de competencia de cada profesional, como es la inserción de catéteres arteriales, vías centrales, etc.

Ellas entienden la responsabilidad profesional y los marcos legales para la práctica avanzada, de esta forma, aplican los principios terapéuticos y farmacológicos, prescribiendo de forma segura todo tipo de medicación, como es la medicación nueva y habitual del paciente, drogas vasoactivas, sedación, etc. A la hora de realizar el alta de un paciente de la unidad de críticos, ponen mucho hincapié en detalles minuciosos, están muy atentas a los detalles finales y remarcan los problemas actuales del paciente, procedimientos o pruebas pendientes.

Las ACCP funcionan en un nivel de práctica avanzada como parte del equipo multidisciplinario según lo determinado por el marco de competencias, proporcionan un liderazgo profesional y apoyo dentro de un equipo multiprofesional, siendo un puente o punto de unión entre las enfermeras y los médicos, por ello se encargan de que todo el mundo esté involucrado en el cuidado holístico del paciente.

De la misma manera, las ACCP valoran pacientes que han sido escalados por todo el hospital. Al decidir por sus médicos asignados que necesitan cuidados intermedios o intensivos más allá de los que se podrían proporcionar en planta, son referidos cuanto antes a cuidados intensivos y, entonces, es cuando las ACCP irían a valorar a estos pacientes. En estos casos, ellas pueden valorar y ajustar el plan establecido en planta de manera autónoma, e ir valorando al paciente durante todo el turno viendo su evolución. Si el paciente deteriorara o estuviera al inicio de su enfermedad crítica se le consideraría posible candidato a la unidad de cuidados críticos. Para que esto ocurra deben considerarse tres aspectos:

  1. ¿Tiene una enfermedad reversible? ¿cuántos órganos necesitarían soporte?
  2. Considerando edad, comorbilidades crónicas y la posibilidad de que el paciente sufra fallo orgánico, la cual necesitará soporte de dicho órgano ¿tiene las reservas energéticas suficientes para superar una enfermedad crítica estando en la UCI?
  3. ¿Cuáles son los deseos del paciente respecto a ir a la unidad de cuidados críticos?

Si la respuesta fuera positiva y el paciente fuera buen candidato a cuidados intensivos, las ACCP serían las que se pusieran en contacto con el médico encargado de la UCI. Éstas proporcionarían un parte clínico preciso y efectivo refiriendo a los hallazgos encontrados y su razonamiento por la que el paciente debería ingresar, aplicando siempre los principios de la práctica basada en la evidencia para el manejo del paciente crítico, de esta manera la ACCP también se encargaría del ingreso completo a cuidados intensivos.

Hubiera sido todo un sueño el haber podido ejercer este rol a mi vuelta a España, ya que al disponer de todo ese conocimiento y habiendo experimentado hasta dónde puede llegar la práctica avanzada, pienso que nuestro sistema de salud se beneficiaría de ello, descongestionando, ayudando y complementando a otras especialidades.

Inma Lorenzo
Enfermera Coordinadora de urgencias del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. Alumna del Experto Universitario en Gestión Integral de la Práctica Avanzada de FUDEN