Durante tres días, hemos realizado este taller voluntario en el seno del curso experto en calidad y liderazgo enfermero, con el objetivo de llevar a la práctica las herramientas y conceptos que habían sido tratados en los vídeos teóricos y conocer su aplicabilidad en el día a día de nuestro trabajo y de los equipos que conformamos.

Tras iniciar con una presentación que nos permitió conocer nuestros nombres y roles a nivel laboral, ajustar expectativas, exponer nuestros compromisos con el taller y sensar la emoción del equipo, de la entidad relacional, se dio inicio al taller. A los participantes, se les indicó que, a partir de ese momento, iban a trabajar juntos y que se consideraran un equipo. Tras definir el concepto, es decir, un grupo de personas con un objetivo común y que supone más que la suma de sus partes, se empezó a trabajar en ello.

Lo primero que se pactó es la alianza del equipo, esta nos sirve para generar un espacio de seguridad y confianza donde todos los participantes puedan interactuar libremente. Ante la pregunta «¿qué atmósfera queréis tener?» aparecieron términos como el respeto, la sinceridad, la seguridad, la empatía, la comunicación eficaz, la escucha activa o la ilusión, entre otros.

 

 

Lo siguiente que se investiga para generar la alianza es qué vais a hacer cuando las cosas se pongan difíciles. Es decir, qué vais a hacer ante una situación de conflicto. Esto nos llevó a hablar de W. Ury y su escalada. Recordamos de dónde provienen estos conflictos, cómo evolucionan y cómo se puede intervenir en cada una de las fases. Aquí, nos detuvimos y hablamos un poco de la mediación como método alternativo de resolución de conflictos. Me consta que el tema despertó interés y se mostraron ganas de aprender más, así que… lo tendremos en cuenta. La alianza se cierra con el compromiso de cumplir lo acordado, para lo que se pregunta al equipo: «¿a qué os comprometéis para que todo esto ocurra?».

Tras acordar las normas, la alianza, pasamos a realizar un ejercicio de asertividad. Consistía en buscar la respuesta asertiva a una serie de supuestos, algo no siempre tan evidente. El dinamizador recordó un poco de teoría ya explicada en las clases virtuales para así dotar a los participantes de herramientas de cara a la actividad siguiente, el role playing. Los role playing estaban basados en casos reales, de manera que todos pudiéramos sentirnos identificados con ellos. Vehiculizados por los alumnos, quienes demostraron unas maravillosas dotes de interpretación, nos enfrentamos a situaciones en las que había que decir que no, solicitar un cambio de conducta, mostrar nuestro desacuerdo o defender nuestros valores. Sin duda, situaciones que son resueltas con grandes dosis de asertividad.

Entre aplausos del público y agradecimientos de los actores, despedimos el taller no sin antes preguntar a los asistentes «¿qué te llevas?», y obtener respuestas tan bonitas como autoconfianza y autoconocimiento, eliminar miedos, establecer límites, cambiar el punto de vista para ver los intereses del otro, posturas opuestas pueden tener intereses comunes, cuando dices no, es un sí para ti, que es posible, valorar las batallas en las que te metes, argumentos, habilidades, recursos y mucho más.

 

 

Yo me llevo aprendizaje y grandes momentos, la energía que transmitís y la ilusión con la que llegáis me llena el alma, y solo puedo deciros GRACIAS… sin vosotros, no sería posible.

Itziar López Zarrabeitia
Coaching sanitario | Web