Nuestros alumnos realizan prácticas en el Centro de Simulación Clínica de Fuden
Hay un dicho que reza que “la experiencia es la madre de la ciencia” y qué razón tiene, ¿verdad? ¿Cuántas veces has repetido eso de, “¡menos mal que ya lo había hecho alguna vez!” o “esto mismo me pasó aquel día…”. Expresiones que nos llevan a la clave: la experiencia.
Eso es lo que perseguimos en el Centro de Simulación Clínica de Fuden, donde los alumnos realizan la parte práctica de alguno de nuestros expertos, generar vivencias que les ayuden a fijar conocimientos y destrezas.
Casos de RCP en el suelo, ahogamiento de un bebé lactante, técnicas de soporte vital en ambulancia, atención a un paciente traumático sangrante, manejo de un paciente psiquiátrico agitado, cuidados a un neonato tras un parto en un domicilio, triaje y clasificación de heridos en un accidente de víctimas múltiples son algunas de las prácticas que realizan los alumnos en el Centro de Simulación Clínica, recreando diferentes escenarios simulados en cualquier área asistencial donde se desarrolla una enfermera.
Lo que se traduce directamente en la mejora de la seguridad del paciente, mediante la formación, donde poder equivocarse sin ser juzgado y aprender del error, a través de casos prácticos con los que una enfermera se encuentra en su día a día.
Recreamos espacios todos los ámbitos de la enfermería: desde un box de urgencias, una ambulancia, un quirófano o un paritorio, hasta una consulta donde practicar el intercambio de información o la transmisión de malas noticias. Todas las salas del Centro de Simulación Clínica son polivalentes y abarcan múltiples entornos simulados para el desarrollo de competencias y habilidades clínicas de nuestros profesionales.
Una burbuja de aprendizaje
La simulación en las distintas salas se realiza con la última tecnología en dispositivos y maquinaria, además de la utilización de maniquíes de simulación para entrenar a las enfermeras, con un equipamiento completo y una aproximación de la realidad muy conseguida, creando un entorno seguro, una burbuja de aprendizaje.
Nuestros alumnos, que cuentan con instructores acreditados en simulación clínica y entornos reales simulados que les sirven de guía, aprenden a resolver retos y problemas de manera autónoma y decisiva, estimulando el aprendizaje vivencial en un entorno seguro, una burbuja de aprendizaje. Además, tras la simulación, alumnos e instructores reflexionan sobre aquello que ha ido bien, así como, los aspectos a mejorar.
Cerrando un círculo que hace que esa expresión de que “la experiencia es la madre de la ciencia” gane más peso todavía y nos lleve a otra: “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”, Benjamin Franklin.