Adolfo Ibáñez Ballesteros
Docente CSC de Fuden y Enfermero Hospital Universitario del Sureste
Formación a través de simulación ante la conducta suicida
A día de hoy se suicidan en España 10 personas al día, sí, 10 personas al día, sí, si hiciésemos una media, cada dos horas y media, una persona con enorme sufrimiento decide quitarse la vida como solución. ¿Es una solución real al sufrimiento? Si lo observamos desde el prisma de la persona que sufre, es una solución, una vez se termina tu vida, termina tu sufrimiento. ¿Es una solución adecuada?
El suicidio es una solución permanente a un problema temporal, Phil Donahue.
El suicidio aún un tema tabú en nuestra sociedad, hace que las cifras aumenten cada año. Anclados en la información del pasado: «hablar de suicidio atrae al suicidio» y otras creencias erróneas hacen que no exista una adecuada prevención y tratamiento de la conducta suicida.
Uno de los mitos más frecuentes es que todas las personas que tienen conductas suicidas tienen una enfermedad mental. Es cierto que existe una prevalencia de suicidio mayor en el grupo de personas con enfermedad mental, como es la depresión, pero no todas las personas que realizan conductas suicidas tienen una enfermedad mental. Debemos de tener en cuenta que el sufrimiento de estas personas es doble, el de la propia enfermedad y el de la psicofobia cultural. «La Psicofobia se define como la aversión (sentimientos negativos) y prejuicios hacia las enfermedades mentales y hacia las personas que las padecen». www.psicofobia.org
Otras creencias erróneas son: que la persona que se quiere matar no lo dice, que el que lo dice no lo hace, que el suicidio se hereda, que el psiquiatra es la única persona que lo puede evitar, que hablar del suicidio en una persona que está en riesgo puede incitar a qué lo realice, que quien intenta suicidarse es un cobarde o un valiente, que si se reta a un suicida este no lo intenta o que los medios de comunicación no pueden contribuir a la prevención del suicidio.
Puntos críticos y claves para la prevención y tratamiento de la conducta suicida
Las profesionales de enfermería se encuentran en los puntos críticos y claves para la prevención y tratamiento de la conducta suicida y es por este motivo por el que la formación es tan necesaria, pues con un adecuado abordaje se reducirá el número de víctimas. Desafortunadamente, no se dispone aún de un plan nacional de prevención y tratamiento de abordaje de la conducta suicida, no obstante, los profesionales disponemos de Guías de Prácticas Clínicas revisadas, que nos pueden ayudar en nuestro adecuado desarrollo profesional.
Desde el Centro de simulación clínica de Fuden realizamos formación ante la conducta suicida, de la forma metodológica más competente: simulaciones clínicas a través de pacientes estandarizados o rol playing, de esta forma, los profesionales entrenan situaciones “reales” con pacientes estandarizados, facilitando el traslado a la práctica clínica diaria. En estas formaciones hemos constatado la dificultad de explorar en el paciente la ideación suicida por parte de los profesionales. Desde las simulaciones clínicas, aportamos desde el entrenamiento práctico las habilidades no técnicas ante una situación emergente, en la entrevista clínica o en el tratamiento de la información a allegados y supervivientes.
La enfermería mantiene competencias en la prevención y tratamiento de la conducta suicida (Diagnóstico NANDA 289: Riesgo de conducta suicida) y una situación privilegiada en el contacto y cercanía con el paciente. Para la prevención y tratamiento de la conducta suicida y, por lo tanto, la disminución de suicidios, la enfermera debe de saber cribar la ideación suicida, la planificación, el gesto autolítico, el intento y las autolesiones. Además, deberá reconocer el riesgo de la conducta suicida para una correcta prevención, adecuado tratamiento y apropiada derivación. Probablemente sea la enfermera, por número de profesionales y tipo de interacción, el profesional sanitario que más pueda aportar en la prevención del suicidio.
