28 de febrero de 2022
Escuela de Postgrados Universitarios
«La simulación clínica es mucho más enriquecedora para los alumnos que la metodología clásica»
Su nombre es Patricia Muñoz. Como podéis imaginar, su profesión; enfermera en la UCI pediátrica del Hospital Universitario La Paz. Para nosotros, una de nuestras docentes del Experto de Urgencias y Emergencias y atención de enfermería al paciente crítico con conocimientos, ganas e ilusión por seguir aprendiendo y compartiendo formación.
Patricia realizó el curso de proveedor de soporte vital avanzado pediátrico como alumna y fue ahí donde surgió la propuesta por parte de las instructoras de Fuden; “desde Fuden me dieron la oportunidad de participar en sus cursos acreditados por la AHA (American Heart Association) y colaborar dando clases en los expertos de urgencias”.
Nos sentamos con ella para que nos cuente en primera persona cómo está siendo su experiencia.
¿Qué herramientas has utilizado y cuáles han sido más útiles?
Creo que la herramienta más importante es la simulación de alta fidelidad y realizar un debreafing donde conseguir que el alumno extraiga el máximo partido a la simulación que acaba de realizar. Con las preguntas dirigidas del instructor, ellos analizan el porqué de sus actuaciones y se hacen conscientes de sus aciertos y áreas de mejora. Es mucho más enriquecedor para ellos que la metodología clásica, donde el profesor les cuenta los errores y les repite la teoría.
¿Qué valor tienen tanto el Centro de Simulación como la propia simulación en la formación de postgrado?
El Centro de simulación clínica de Fuden está muy bien equipado, lo que hace que el alumno sea capaz de meterse muy bien en el papel. Para mí, la simulación tiene un valor incalculable en nuestra profesión pues nos permite practicar situaciones clínicas complejas en un entorno seguro para el alumno.
¿Por qué son tan importantes los talleres prácticos en la formación de postgrado?
En la práctica clínica no te puedes permitir equivocarte. Por supuesto, los errores existen siempre, pero el resultado puede ser fatal, por eso, cuanto más se practique en este tipo de talleres, más fácil será que en su práctica clínica habitual el profesional sea capaz de trasladar este aprendizaje y, por tanto, mejorar la calidad de la asistencia y su seguridad.
¿Cómo ha cambiado tu forma de dar clase?
Creo que aún no tengo el suficiente recorrido como para ver una evolución en mí a la hora de dar clase, pero sí me siento con menos presión cuando he de decir a los alumnos que hay algún concepto que desconozco. Me voy sintiendo más segura según voy impartiendo más clases.
Aprendizaje continuo
¿Has tenido apoyo por nuestra parte? ¿Qué destacarías y qué mejorarías?
Por supuesto. Tanto Loira como Leticia siempre me han ofrecido su ayuda a la hora de preparar y de impartir las clases y su apoyo cuando he dudado de mi capacidad docente. Siempre que he dado una clase por primera vez, he estado acompañada y supervisada por alguna de mis compañeras “más veteranas” y, aunque somos nosotros los que llevamos el desarrollo de la clase, hacen que nos sintamos más seguros, sintiendo que tendremos apoyo si en algún momento lo necesitamos. Además, después de cada clase con ellas, siempre nos dan un feedback sobre las cosas que han ido bien y las que se pueden mejorar.
¿Qué has aprendido como docente desde que estás aquí?
He aprendido que el docente no siempre puede saberlo todo. Todos estamos en continuo aprendizaje.
¿Qué recomendarías a otros docentes y qué le dirías si quieren dar clase con nosotros?
Que impartan cuantas más formaciones mejor. Es la manera de afianzarse y ganar confianza.
Y que se animen, que más allá de que les guste la docencia, a nivel personal tiene un valor añadido pues te obliga a estar actualizado y, a la vez, siempre se aprende de los alumnos y compañeros. No ha habido formación en la que no me haya ido a casa sabiendo más que al inicio.