Loira Fernández Lorente
Directora del Máster de postgrado en Simulación y entrenamiento clínico
La formación de profesionales sanitarios es un campo que requiere innovación y aprendizaje constante. Dos metodologías efectivas en este ámbito son la simulación clínica y el mentoring en docencia. Estas estrategias no solo mejoran la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, sino que también promueven un ambiente de crecimiento continuo y de apoyo mutuo.
La simulación clínica es una metodología educativa que recrea escenarios clínicos realistas en un entorno controlado y seguro. Esta técnica permite a los participantes entrenar y perfeccionar habilidades técnicas, críticas y no técnicas o de toma de decisiones sin poner en riesgo a pacientes reales. Basada en la teoría del aprendizaje experiencial de David Kolb, la simulación clínica sigue un proceso cíclico de experiencia concreta, observación reflexiva, conceptualización abstracta y experimentación activa. Los simuladores de alta fidelidad, defendidos por autores como Jeffries, así como los pacientes estandarizados, son herramientas avanzadas que ofrecen una representación precisa y realista de los entornos clínicos, permitiendo a los participantes enfrentarse a situaciones complejas de manera segura. Pero esto tambien ofrece un desafío para los docentes, ya que el uso de esta metodología y su implementación tambien requiere aprendizaje.

El poder del mentoring en simulación clínica
El mentoring en docencia es una estrategia de desarrollo profesional en la que un instructor experimentado (mentor) guía y apoya a un instructor novato o en formación (mentee). Esta relación colaborativa se centra en el desarrollo de competencias pedagógicas, el apoyo emocional y el fomento del crecimiento profesional. Según la teoría del aprendizaje social de Albert Bandura, el aprendizaje ocurre en un contexto social a través de la observación e imitación de modelos. En el mentoring, el mentor actúa como un modelo a seguir, demostrando buenas prácticas, habilidades prácticas en el manejo de simuladores y aplicación en las diferentes zonas de simulación, así como comportamientos pedagógicos que el mentee puede aprender y adoptar.
El mentoring en docencia, es fundamental para el desarrollo profesional de instructores en simulación clínica, especialmente aquellos que están comenzando su carrera.
Los mentees que son guiados y reciben apoyo de mentores experimentados tienden a desarrollar mejores estrategias pedagógicas y a enfrentar con mayor eficacia los desafíos en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Según Kramer, gran parte de las enfermeras recién egresadas experimentan un “shock de realidad” al incorporarse a su primer puesto de trabajo, al enfrentarse a los desafíos de su nuevo rol. El apoyo de un mentor puede disminuir el estrés y la ansiedad asociados con los primeros años de docencia, fomentando un ambiente más positivo y productivo para el desarrollo profesional.

Para lograr transmitir adecuadamente unos contenidos concretos y alcanzar los objetivos de aprendizaje, es fundamental que los docentes estén capacitados para el uso de las diferentes herramientas metodológicas de aprendizaje, así como preparados en la adquisición de competencias y habilidades docentes.
Para que la formación sea totalmente efectiva y de calidad, se considera necesario capacitar a los docentes para que adquieran las competencias necesarias. Además, es fundamental estandarizar este tipo de enseñanza, acompañando y aconsejando a los nuevos instructores en la ejecución de las nuevas actividades formativas, así como durante su planificación.
La implementación efectiva de estas metodologías requiere de un compromiso institucional y de una formación continua de los docentes y mentores para adaptarse a las necesidades cambiantes del entorno educativo y clínico.
En resumen, la combinación de la simulación clínica y el mentoring en la educación sanitaria no solo prepara mejor a los participantes para enfrentar la realidad del entorno clínico, sino que también fomenta el desarrollo continuo de competencias de los docentes, creando un ciclo de aprendizaje y mejora continua.
En FUDEN, creemos firmemente en la importancia de la formación y el acompañamiento de nuestros instructores. Por ello, en nuestro Máster en Simulación y Entrenamiento Clínico, ofrecemos un desarrollo integral de competencias docentes en simulación. Este programa incluye la realización de prácticas mentorizadas, donde los futuros instructores tienen la oportunidad de aprender de profesionales experimentados, observar buenas prácticas, y recibir retroalimentación constante.
Máster de postgrado en Simulación y entrenamiento clínico
60 ECTS – 1500 h – «Actividad formativa de Simulación acreditada por Sociedad Española de Simulación Clínica y Seguridad del Paciente (SESSEP) nº registro: 2224»