Parece que fue hace mucho tiempo cuando la OMS declaró este  2020 como el año de la enfermería, pero la realidad es que solo han pasado unos meses. Durante los primeros meses nos fuimos cargando de ilusiones, de proyectos para demostrar nuestra valía como profesión y posicionarnos en el lugar que debemos estar. De repente, y sin previo aviso, apareció el COVID-19, el cual, involuntariamente nos puso en el punto de mira y se llevó todas esas ilusiones de un plumazo. Nos pusimos en modo acción, estando en primera línea, con las personas, cogiéndoles la mano y haciendo lo que mejor sabemos hacer; cuidar. Y sí señores, hemos dado un golpe en la mesa demostrando una vez más quiénes somos como colectivo. Porque hemos gestionado, hemos liderado, nos hemos organizado y, sobre todo, hemos aprendido porque, probablemente, ya no somos las mismas personas que empezaron este año 2020.

Pero de todo esto… ¿Qué nos quedará?  ¿Quiénes somos hoy y ahora? Personalmente, espero que quede determinación, posicionamiento, visibilidad y, sobre todo, liderazgo.

Porque un líder es aquel profesional que combina capacidades clínicas, administrativas y financieras, un profesional que encabeza y dirige, influye, inspira, motiva y sabe delegar y que, además, consigue las metas sacando lo mejor de cada uno.  ¿Esto difiere mucho de lo que hacemos las enfermeras? A priori, parece que no.  Hemos demostrado coraje, adaptación, capacidad de trabajo, compromiso, organización, gestión de equipo, de procesos, sentimiento de pertenencia, adaptación. Entonces ¿Qué está pasando?…

El día 7 de abril la OMS publicó un informe de la situación actual de la enfermería a nivel mundial detectando tres necesidades importantes: invertir en la aceleración de la educación en enfermería, generar, al menos, 6 millones más de empleos para el año 2030 y fortalecer el liderazgo de los profesionales de enfermería. No solo esto, campañas tan importantes como Nursing now tienen entre sus objetivos posicionar a la enfermera allí donde esté, promover el liderazgo e impulsar la excelencia. Lo que es evidente es que invertir en enfermería es garantía de calidad, es garantía de poder cumplir el objetivo de cobertura sanitaria universal, así que, tenemos una gran responsabilidad y un gran camino por delante.

Con todo, este respaldo hace evidente que hay que dar un paso al frente porque tenemos que ser muchísimo más. Es el momento de analizarse, de mirarse en el espejo y vernos como aquel profesional que queremos llegar a ser, creyendo en nuestras fortalezas y trabajando sobre nuestras debilidades para conseguir la mejor versión de cada uno de nosotros. Es momento de dar esos primeros pasos, es momento de batir las alas y empezar a despegar.

Con este objetivo nace esta Escuela de Liderazgo de Fuden, queremos ser un lugar de encuentro donde compartir, aprender y crecer juntos. Porque consideramos que es nuestro momento, que es tiempo de que nos escuchen, así que, enfermeras; es momento de levantarnos y alzar la voz. ¡Hagamos ruido!

“En tiempos de cambio quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe”, Eric Hoffer.

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Patricia Rebollo
Directora de la Escuela de Liderazgo | + posts