Tipos de examen para cada opositor, con independencia de su dificultad o características
Continuamos con el post de la semana pasada en el que hablábamos sobre los miedos infundados antes del examen de oposición. Una vez que hemos visto que una calificación baja en un examen no tiene por qué ser un mal resultado y que “con una mala nota” puedes obtener una plaza de enfermería o fisioterapia, toca hablar de si entonces cualquier examen es igual para ti, con independencia de su dificultad o características.
Decíamos en el anterior post: entonces, ¿da igual el examen que pongan siempre y cuando yo saque mi mejor nota posible? La respuesta rápida es “sí”, la respuesta compleja es “bueno, maticemos un poco…”. No, no da igual qué examen te pongan. Depende del tipo de oposición y de tu perfil de opositor, te interesa mucho más un tipo de examen más fácil o más difícil, aunque en ambos escenarios fueses un percentil 95… ¿Cómo? Sigue leyendo, que tiene su explicación.
Para saber qué dificultad es la idónea para ti, debes atender a dos reglas básicas. La primera es leer e interpretar las bases de la convocatoria. La segunda es entender quién eres tú.
Las bases
El número de plazas ofertadas y la penalización por error son dos elementos importantes, pero hay aspectos aún más relevantes. ¿Es un proceso eliminatorio? ¿Cómo se establece el corte? En una oposición con cortes muy restrictivos, pero con un cupo ilimitado de aspirantes que pasan a concurso, un examen muy difícil puede dejar fuera a un gran número de los competidores con mayores méritos. Del mismo modo, unos criterios de corte laxo, pero con cupo limitado y estricto, será un excelente escenario para los opositores con menos méritos. Por simple tendencia porcentual, van a desbancar a los competidores más peligrosos antes de levantarse de la silla en la se examinan.
Quién soy yo
Cómo son mis méritos en el proceso y mi estudio. Cuantos menos méritos tengas y mayor dedicación al estudio, mejor te irá contra exámenes muy complicados que sirvan de criba general. Cuando eres un opositor con méritos intermedios, realmente te interesa un examen de dificultad intermedia que te permita marcar cierta diferencia pero que, al mismo tiempo, no te impida aprobar a ti, pero sí dificulte la superación a la gente con menos preparación. Por último, si tu fuerte son los méritos, tu mejor escenario es el examen sencillo con cortes muy laxos y cupos ilimitados. Ojo a esto último, no te equivoques: si el examen es muy sencillo pero el cupo de aspirantes que pasa a la siguiente fase es cerrado (por ejemplo, los mejores 1.000 expedientes), o estudias, o estás perdido. Da igual que saques un 80/100 si eso te conduce al puesto 1.500.
Como te imaginarás, hablar de cupos, cortes y notas hipotéticas es solo el principio. Uno de los mejores valores de Opofuden es ayudarte a entender qué tipo de opositor eres, explicarte de manera detallada qué convocatoria tienes ante ti y elaborar estadísticas con miles de expedientes anteriores para analizar la trayectoria de tu Comunidad. Con todo ello, se traza un plan de examen, unos objetivos, unos tiempos y, lo más importante, te enseñamos a adaptarte una vez hayas abierto el cuadernillo de preguntas. El día que te sientes a examinarte conocerás perfectamente los pormenores de tu convocatoria, sabrás quién eres tú y cómo sacar tu máximo rendimiento; al mismo tiempo, contarás con un plan B y C en función de la dificultad del examen.
¿Cuánto vale tener un plan detallado y dos alternativas para que puedas enfrentarte a esta prueba desde el conocimiento y la estrategia en lugar de andar improvisando tras meses de estudio?
Si parte de este post te ha sonado a chino, si nunca habías oído hablar de cortes, cupos y bases restrictivas, ¿no crees que tal vez haya algo fundamental de las oposiciones que nunca te han contado?
Hay otra forma de hacer las cosas, otra forma de entrenar, de planificar… pero, antes de nada, lo principal: ¿sabes exactamente a qué estás jugando?
Nos vemos en Opofuden.