Enfermeras por un día en la Semana de la Ciencia

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24 de noviembre de 2022

 

«No sabía que las enfermeras hacen tantas cosas»

Hace una semana vivimos unos días muy especiales celebrando la Semana de la Ciencia en nuestro Centro de Simulación Clínica. Cambiamos nuestro perfil habitual de alumnos a unos más pequeños. Fue una experiencia muy bonita y nos gustaría compartirla con vosotros desde la visión de Javier, uno de nuestros alumnos.

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El otro día fui al centro de Madrid con mis compañeros de clase a un sitio muy raro. Un centro que es como un hospital con camillas, camas y aparatos pero que, en lugar de personas, como pacientes tiene muñecos.

Cuando llegamos, nos dividieron en grupos pequeños y nos dieron un carnet con una cinta que ponía que éramos “enfermer@ investigador/a por un día”. También nos entregaron un pasaporte en el que teníamos que ir consiguiendo sellos en cada taller para ganar un premio final.

Máquinas al servicio de la salud

El primer taller que me tocó fue el de máquinas al servicio de la salud. Entramos en una clase que parecía un hospital con una cama y aparatos, y también había una ambulancia. Nos dejaron subirnos y sentarnos en el sitio de la enfermera y fue muy guay. Luego nos explicaron que hay un aparato que, poniendo unos cables con unas pegatinas en el cuerpo, sirve para ver cómo funciona el corazón, se lo pusimos entre todos a uno de mis compañeros de clase y me dijo que no hacía nada de daño.

Luego una profesora nos explicó cómo late el corazón y mueve la sangre con un experimento hecho con un vaso, globos y pajitas. Apretabas el globo y salía la sangre por la pajita, nos pusimos las manos todas rojas… ¡Menos mal que era sangre de mentira! Después, nos tocó reanimar a unos muñecos para que les volviera a latir el corazón, había que hacerlo fuerte y rápido, cantamos la canción de bob esponja para ir al ritmo.

Qué cosas comer y beber cuando hacemos deporte

Después, fuimos a un taller sobre qué cosas comer y beber cuando hacemos deporte. Teníamos que adivinar cuántos sobres de azúcar tenía cada bebida, y siempre tenían muchos más de los que pensábamos. El que más tenía era la cocacola. Y el acuarius, que es el que más me gusta a mi también, tenía un montón.

Luego fuimos a un taller que se llamaba Volupoli, ahí había unas botellas enormes con muchos líquidos de colores, hicimos un concurso y tuvimos que adivinar cuánta sangre había en el cuerpo, cuánto pis cabe en la vejiga, cuánto sudor soltamos en un día… Acertamos casi todas.

En el piso de arriba había unos talleres chulísimos. En uno nos hablaban de olfato y tacto, teníamos que adivinar qué olores eran, había uno que olía mucho a naranja y a menta otro, el resto me costó mucho adivinarlos. Luego con los ojos tapados tuvimos que tocar unas cosas para describir su tacto.

El más chulo era uno que trataba del equilibrio y de cómo nos sentimos nosotros mismos. Nos dieron vueltas y tuvimos que intentar meter gol en una portería con un balón de espuma. Parecía fácil, pero hasta a los que nos gusta el futbol nos costó. Luego nos subieron a unos cojines de goma que se movían mucho y teníamos que guardar el equilibrio y coger una pelota. Nos reímos un montón.

Para terminar, fuimos a una sala con un montón de focos, luces y cámaras e hicimos un telediario con todo lo que habíamos aprendido. A mí me daba un poco de vergüenza, pero al final fue muy divertido verse en la tele.

Cuando terminamos, nos fuimos todos al cole contando todo lo que habíamos hecho. Yo no sabía que las enfermeras hacen tantas cosas. Cuando vaya al centro de salud la próxima vez le diré a mi enfermera que yo también he sido enfermero por un día.

 

 

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