Por fin llegó el momento, el Experto de Gestión de calidad desde el liderazgo enfermero comenzaba la semana pasada los talleres presenciales en la que es ya su quinta edición. Este grupo comenzaba su camino en enero de este año y, desde entonces, nos hemos ido imaginando quién había detrás de la pantalla, conociéndonos a través de clases virtuales y empezando a descubrir nuestros puntos de unión como grupo y futuro equipo.

Justo sobre equipo es sobre lo que trataban estos talleres presenciales, divididos en dos sesiones: ‘Desarrollo del equipo y Debriefing’ y ‘¿Qué es un grupo y un equipo?’ Estos eran los primeros conceptos que empezaron a cargar en su mochila y, ahora, era momento de que lo vivieran en primera persona, con ese aprendizaje experiencial que nos aporta la simulación.

Comenzábamos las sesiones con dinámicas de equipo, con el propósito de poder conocernos y comenzar a cohesionarnos. En la primera dinámica de conocimiento, descubríamos ya los roles con los que se identificaban algunos de ellos, pues les pedimos que eligieran un disfraz de los 7 Enanitos o que representaran su signo zodiacal. Aparecieron brujas, gruñones, muditos, tímidos, alguna que otra Blancanieves y una perfecta representación del príncipe azul. Cada uno, al final, consiguió buscar su pareja y, entre ellos, descubrir qué les había traído hasta aquí. Compartir esta pregunta les hizo reflexionar y descubrir a quién tenían enfrente y, solo con cinco minutos de escucha activa, consiguieron definir a su compañero con una sola palabra. No podía creerlo. Una vez más, tenía delante a un grupo muy especial, motivado y con unas ganas inmensas de cambiar las cosas.

Tras romper el hielo y conocernos, era momento de remangarse y empezar a remar a favor del equipo, así que utilizamos nuestra dinámica favorita: las sillas. En esta dinámica, pedimos a nuestros alumnos que se suban a unas sillas y les damos unas sencillas reglas: “tenéis que salir de esta habitación, TODOS juntos, pues sois un equipo, y NO podéis pisar el suelo”. Como no podía ser de otra manera, no dudaron un momento en quitarse los zapatos y subirse a las sillas, pero cuál fue la sorpresa, a pesar de que el espacio no era muy amplio…les dio igual, tenían claro que venían a darlo todo.

 

 

Como veis, se sujetaron los unos a los otros. Algunos, incluso con vértigo, no dudaron en subirse a las sillas y se enfrentaron a sus miedos gracias al arrope y a la seguridad que el grupo les proporcionó. Una vez más, floreció de manera espontánea la relación de ayuda, la cohesión, el apoyo… pero no todo iba a ser un camino de rosas. Mientras tomaban rumbo hacia el objetivo, se encontraron con amenazas y problemas que tuvieron que resolver utilizando todo lo aprendido. Desaparecieron sillas, dividimos al grupo y fue entonces cuando pudimos ver cómo cada uno se posicionaba en su rol: salieron los implementadores que querían empezar a mover sillas y salir lo antes posible, aquellos que ponían su cuerpo o cedían su silla en una armoniosa relación de ayuda, esos perfiles de liderazgo que querían establecer la estrategia, aunque a veces fuera lo más difícil, aquellos que querían ser portavoz u otros que se divirtieron de lo lindo observando desde el “tren de cola”.

 

 

De unas simples sillas, consiguieron sacar un verdadero aprendizaje, lograran o no su objetivo, reflexionando en el debriefing posterior. En él, cada miembro del equipo analizaba aquello que consideraban qué había ido bien y también sobre aquellos aspectos que consideraban que se podían mejorar. Como debriefer, no puedo estar más orgullosa de todo lo que pudieron sacar: planificación, cohesión, liderazgo, recogida de información… herramientas muy potentes que espero, queridos líderes, que llevéis siempre en vuestra mochila.

Seguimos los talleres trabajando la comunicación a través de dinámicas donde vivieron, de primera mano, las barreras que, a veces, tenemos en los procesos de comunicación. Se pusieron manos a la obra para guiar ellos una sesión de debriefing, intentando formular preguntas sin juicio; fueron, también, músicos por un día y tuvimos la suerte de escuchar a grandes grupos como ‘Patricia y los trogloditas’, ‘Las cuatro felices’, ‘Las macarenas’ o ‘Los solfamidas’, entre otros, interpretando canciones míticas como ‘We Will rock you’ solo con un folio.

 

 

Ellos se pensaban que venían al centro de simulación a ver maniquís de alta fidelidad, y solo utilizamos sillas, mesas, palos y folios. Con esto, queríamos compartir que, aunque los maniquís y otros elementos nos aportan un gran realismo en la simulación, también se pueden hacer escenarios sin grandes recursos, consiguiendo objetivos tan grandes como el desarrollo del equipo.

Esto es solo una pincelada de todo lo vivido. Solo tengo palabras de agradecimiento a todos y cada de uno de vosotros. Yo os di una llave con la que espero que abráis aquello que deseáis; vosotros, sin saberlo, me disteis TODO.

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Patricia Rebollo
Directora de la Escuela de Liderazgo | + posts