Simulación con paciente estandarizado
En simulación hay veces que no nos vale con un maniquí para entrenar una habilidad o para alcanzar el realismo necesario. A veces, es preciso que el paciente simulado sea una persona real. Esto se denomina simulación con paciente estandarizado. Pero para que la simulación sea exitosa, este paciente debe saber qué necesita aprender del alumno, saber qué papel debe interpretar y cómo debe actuar según las reacciones del alumno. Para eso, en el Centro de Simulación Clínica contamos con un grupo de actores en simulación capitaneados por el autor del post de hoy.
Hoy vais a poder echar un vistazo al otro lado del telón de la simulación y conocer a uno de sus protagonistas.
Juan Díez de los Ríos
Actor del Centro de Simulación Clínica
Durante mi trayectoria como actor me he enfrentado a distintos retos y, desde luego, este es uno de los que más me llenan, tanto personal, como profesionalmente. Cuando hablamos de un papel como paciente estandarizado muchas veces solo nos centramos en la actuación momentánea, como si estuviésemos viendo un capítulo de nuestra serie hospitalaria de televisión favorita, pero en estos cursos el trabajo va mucho más allá. Los intérpretes no sólo tenemos que saber qué síntomas tienen los pacientes, también tenemos que conocer su historial médico, los efectos (positivos o adversos) de la medicación que toman, e incluso su historia personal para que los estudiantes entren por completo en la situación que se les propone y apenas tengan capacidad de reacción fuera de la escena representada, mostrando así todo lo aprendido hasta el momento y consiguiendo mejores técnicas de respuesta para cuando se encuentren en una situación similar real.
Como costumbre sólo me presento únicamente como actor al inicio, pero además de esto soy paciente experto en salud mental, lo que es un gran apoyo en mi trabajo para crear situaciones muy realistas que ayudan a los estudiantes a reducir el estigma sobre las personas no neurotípicas, pues en la mayoría de casos solo nos ven cuando estamos teniendo una crisis y no en nuestro día a día como las personas funcionales que somos.
Los casos los tratamos con el docente y Fuden para preparar las aulas y los elementos que puedan ayudar a la inmersión de cada simulación y así poder ayudar a los alumnos a que fijen más los conceptos al vivirlos e incluso usar el error como herramienta de aprendizaje.
Los paciente que simulo tienen agitación nerviosa, intención suicida, intentos autoliticos… Histórias basadas en casos reales que me ayudan a crear ese clima de verdad que hace falta en la simulación (como en el Teatro). Al ser tan realista, a veces los alumnos necesitan un debriefing más largo en la simulación porque algunos traen historias en su mochila, otros les entra risa nerviosa en medio de la misma, o incluso alguno se bloquea al sentir la presión del momento.
Todos acaban teniendo una mejor valoración del curso por esta mezcla de enseñanza con simulación con pacientes estandarizados y más aún en casos de salud mental que tanta falta hace y de la que en los últimos años somos más conscientes.
En la parte final del curso se mezcla lo aprendido con el docente, conmigo y sus propias experiencias haciendo que el docente (y a veces yo mismo) hagamos simplemente de facilitadores y para que fluya el intercambio de ideas y experiencias. Con ello se genera un clima de aprendizaje mutuo donde se desdibujan los roles de docente y alumno y eso ayuda a que fijen más los conceptos tratados.