Leticia Piney

Directora del Centro de Simulación Clínica, CSC, de Fuden

Todos tenemos claro que el entrenamiento y formación continuada de los profesionales sanitarios es fundamental. Y sabemos que la simulación es una herramienta ideal para instruir y entrenar a los sanitarios.

Sin embargo, muchas veces el acceso a un centro de simulación no es fácil o, al menos, no es uniforme. En muchas ocasiones, depende en gran medida de la voluntad del individuo para formarse, lo que lleva a que este termine entrenándose en un centro de simulación avanzado.

Y el resto, ¿cómo se forman? ¿Cómo se actualizan? Hay muchas competencias en enfermería (y en otras profesiones sanitarias) que no pueden enseñarse o al menos no de forma satisfactoria de manera tradicional.

Por ejemplo, enfrentarnos a una parada cardio respiratoria en una planta de hospitalización de medicina interna. ¿Cómo puede un curso con una metodología tradicional ayudarnos a mejorar la efectividad de ese equipo, optimizar la comunicación, agilizar la actuación y conseguir mejores resultados? Es como si tuviera que entrenar a un equipo de waterpolo y los mantuviera una semana sentados en una silla, explicándoles grandes jugadas sin que toquen un balón.

Otros ejemplos de situaciones que requieren entrenamiento podrían ser una distocia de hombros en un paritorio, una hipertermia maligna en quirófano o un paciente violento en urgencias. Todos estos eventos tienen dos cosas en común: son poco probables, pero tienen un alto impacto si suceden.

Los eventos de baja probabilidad pero alto riesgo son conocidos como los “cisnes negros” en la prevención de riesgos laborales y desarrollo de proyectos.

La teoría del cisne negro

La teoría del cisne negro fue descrita por el escritor y filósofo libanés Nassim Nicholas Taleb para describir un evento altamente inesperado e impredecible que tenga un gran impacto. En la gestión de proyectos, esta teoría se refiere a la posibilidad de que ocurran acontecimientos súbitos, y no planificados, que puedan afectar al desarrollo del plan.

A una menor escala, cuando hablamos de este término en salud nos referimos a todas aquellas emergencias que pueden ocurrir, pero son muy infrecuentes y que, sin embargo cuando ocurren pueden tener un alto impacto en el bienestar del paciente.

Y aunque esto pueda parecer muy novedoso entrenar o simular situaciones graves que son poco probables pero muy graves lleva haciéndose de forma frecuente con otro tipo de emergencias como los incendios, inundaciones o vertidos químicos en centros sanitarios. Estos simulacros serían los predecesores de lo que llamamos simulación in situ.

Simulación in situ

La simulación in situ consiste en desplazar estas simulaciones al centro de trabajo para formar a los propios equipos que tendrán que intervenir en estos eventos y con el material y logística propios de ese centro.

¿Entonces la simulación in situ es mejor que la simulación en un centro de simulación? No, simplemente son diferentes. Tienen características definitorias que las hacen más o menos adecuadas según nuestros objetivos docentes. Si queremos formar a nuestro equipo en una técnica nueva que vamos a comenzar a desarrollar en el quirófano de un hospital concreto, será mejor la simulación in situ.

Si lo que quiero es capacitar a un profesional en una destreza (por ejemplo SVA avanzado) para que esté preparado para formar parte de un equipo de reanimación en cualquier lugar, quizás sea más sencillo llevarlo a cabo en un centro de simulación.

Si nuestro objetivo es mejorar la dinámica de mi equipo porque cuando hay situaciones de emergencia surgen problemas que ponen en riesgo la seguridad del paciente – simulación in situ.

Si necesito formar a muchas matronas en diversas situaciones de emergencia en un corto espacio de tiempo, es más sencillo con simulación en laboratorio o centro de simulación.

La simulación in situ tiene indicaciones más específicas y relacionadas con el propio entorno de trabajo.  Podemos distinguir diferentes indicaciones según los objetivos que persigue.

Objetivos de la simulación in situ

• Optimizar la actuación de los equipos concretos que trabajan en esa unidad o centro.
  • Podemos emplearla para entrenar sus habilidades técnicas.
  • Es idónea para la formación multidisciplinar de los diferentes integrantes de un equipo ya que los roles que desempeñan son los reales.
  • Permite trabajar la dinámica de equipo y comunicación. Abordando conflictos concretos que estén ocurriendo en el servicio.
• Valorar el estado del servicio
  • Es muy útil como identificador de problemas, fallos y necesidades del sistema.
  • También puede ayudarnos a medir el nivel de estrés de los equipos durante determinadas situaciones.
  • También es útil para testar nuevos procedimientos protocolos que se van a instaurar. Muchas veces desarrollamos estos protocolos de una forma teórica, en frio, pero no se testan en la situación real. Al ensayarlos es probable que detectemos una gran cantidad de matices que harán que el protocolo esté adaptado al 100% a las características del servicio.
• Garantizar disponibilidad y buen uso del material

La simulación in situ nos ayuda a saber que el material necesario para un evento en concreto está fácilmente disponible, su ubicación es la adecuada, está en buen estado y los profesionales saben emplearlo.

Después de valorar las posibles indicaciones de la simulación in situ podemos concluir que la simulación in situ es una herramienta útil para entrenar los eventos de baja probabilidad, pero alto riesgo. Tiene una alta fidelidad ya que se hace en el propio lugar de trabajo, con el personal y material de este. Es útil para objetivos concretos relacionados con el propio lugar de trabajo.

Es otra forma de formarse, el realizarla en el propio centro de trabajo y muchas veces durante el horario laborar democratiza el aprendizaje favoreciendo la implicación y asistencia de todo el equipo. Y mejorando así el funcionamiento del servicio mediante aprendizaje experiencial.