Fisioterapia en el Día Internacional de la Mujer: el síndrome de la tríada de la mujer deportista

Desde FisioCommunity, FICO, queremos aprovechar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para mostrar uno de los síndromes más habituales en las mujeres deportistas, especialmente en aquellas que dedican su esfuerzo al deporte de alto rendimiento, la “tríada de la mujer deportista”. Poniendo especial énfasis en el papel del fisioterapeuta, cuya función se engloba dentro de un equipo multidisciplinar: médico, entrenador, psicólogo, etc.

¿En qué consiste el síndrome de “la tríada de la mujer deportista”?

La tríada de la mujer deportista se define como la interrelación entre una baja disponibilidad de energía, disfunción menstrual y trastornos minerales óseos. Esta combinación de alteraciones nutricionales, hormonales y de los niveles de masa ósea, inicialmente comienza con una alimentación desordenada, que puede derivar en una función menstrual alterada. Como consecuencia, esta deriva en trastornos minerales óseos (pérdida de densidad mineral ósea) y puede concluir en osteoporosis.

Todo ello puede implicar un menor rendimiento físico e incrementar el riesgo de lesiones deportivas si no se previene o se trata adecuadamente. También se debe tener en cuenta que, dentro de la ecuación planteada, influye la presión a la que se ve sometida la deportista por su entorno, familia, entrenados, medios externos, etc.

La baja disponibilidad de energía como desencadenante de la tríada

Como ya hemos señalado, la baja disponibilidad de energía parece ser el desencadenante de la tríada, influyendo en los otros dos componentes del síndrome. En este sentido, una práctica deportiva intensa sin un incremento en la ingesta alimenticia adecuada puede derivar en un déficit de energía y, consecuentemente, afectar a otras funciones corporales como la función menstrual. La aparición de amenorrea o ausencia de menstruación implica una menor producción de estrógenos y progesterona. Los bajos niveles de estas hormonas, relacionadas con la función ósea, afectarán negativamente al metabolismo óseo, pudiendo derivar en osteoporosis y futuras fracturas por estrés.

Además de todo lo anterior, se debe de tener en cuenta que pueden existir otro tipo de patologías secundarias a la tríada de la mujer deportista como trastornos musculoesqueléticos (sobrecargas musculares y articulares), hipotensión ortostática, hipotiroidismo, infecciones frecuentes, alteraciones gastrointestinales, renales, etc.

Fisioterapia en el síndrome de “la tríada de la mujer deportista” 

Los fisioterapeutas deben, en primer lugar, llevar a cabo una adecuada prevención, detectando los factores de riesgo y reconociendo un posible inicio de alguno de sus tres componentes. En caso de detectarse, se deben abordar cada componente y, desde el punto de vista de la fisioterapia, prevenir las posibles lesiones derivadas o abordarlas en su aparición.

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