El 18 de diciembre, coincidiendo con el Día Internacional del Migrante, se ha celebrado en las Aula Fuden el XV Foro Fuden “VII Jornada Migración y Salud” junto a la Organización Salud Entre Culturas. Más de 20 ponencias y actividades didácticas han abordado, desde muy distintas perspectivas, la realidad de las personas que por diferentes motivos tienen que dejar sus países de origen y buscar una nueva vida. Durante el evento también se han presentado los datos del estudio “Necesidades en salud de la población migrante en España como nuevas área de actuación de los profesionales de enfermería”.
Nieves Márquez, Coordinadora de Cooperación Enfermera en Fuden y organizadora del foro, junto a Rogelio López Vélez, Director del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, dieron inicio a la jornada presentando a los primeros ponentes.
La vida empieza con una migración
“La vida empieza con una migración” fue la frase de Lucila Rodríguez-Alarcón, responsable de Nuevas Narrativas de la Fundación PorCausa que cuenta con un amplio bagaje en comunicación social en distintas organizaciones.
Arrancó la jornada ofreciendo una visión del actual paradigma comunicativo y cómo este ha cambiado desde los sucesos del 11 de septiembre de 2001. Hizo especial énfasis en la necesidad de entablar marcos de comunicación con aquellos agentes que puedan ser contrarios a las corrientes migratorias actuales, ya que “la polarización sólo favorece a los malos”.
Como experta en comunicación social y corporativa, Rodríguez-Alarcón motivó a hacer un buen uso de las técnicas del marketing y la publicidad. Introdujo el concepto “Efecto Coca-Cola”, poniendo de ejemplo a una de las compañías que mejor se nutre de este tipo de acciones y destacando los beneficios que puede suponer para estas organizaciones.
Igualdad y derecho a la diferencia
Llegó entonces el turno para Carlos Giménez quien aprovechó su espacio para reclamar “igualdad y derecho a la diferencia”. El catedrático en antropología social incitó a buscar un espacio de interacción común así como “superar el nacionalismo metodológico con el que vemos la realidad”.
Destacó también que la migración “es como un asiento, una transnacionalidad que construye familias, identidad, emociones…”, volviendo a remarcar la necesidad de dejar atrás el nacionalismo metodológico predominante. Una de sus últimas intervenciones, a modo de conclusión, quiso ensalzar el concepto de salud, el cual “es universal a todas las personas, al igual que la educación y los derechos”.
Belén Comeche, de la Unidad de Medicina Tropical del Hospital Ramón y Cajal, subrayaba la importancia del figura del mediador en la consulta y apuntaba que «no sólo le facilita el idioma, sino también las posibles barreras culturales en la atención sanitaria».
La nota más dramática la puso Armando Parra Morales, miembro y voluntario del ‘Open Arms’ al proyectar vídeos de cómo él y otros miembros y voluntarios hacen por rescatar a las personas que intentan llegar a Europa cruzando el Mediterráneo. La cruda realidad se adueñó de la sala de conferencias para hacer saber “lo que es morir en el mar”. También mostró las fases de una misión de rescate en alta mar y cómo vencer las situaciones de pánico y evitar el vuelco de las embarcaciones.
Tras una pausa en la que se pudo disfrutar de un fantástico desayuno con una variedad de comida senegalesa, se pusieron en marcha cinco talleres simultáneos donde distintos profesionales contaban de primera mano cómo es la situación en sus respectivas áreas.
Dentro de la amplia temática de la jornada se pudo hablar del ámbito legal que afecta a todas las personas que migran, en especial la situación de los menores no acompañados. Aquí Álvaro Robledillo, trabajador social en en la Fundación ICEAS, remarcó que la culpa “no es solo de las administraciones, si no que hay que educar a las personas con las que conviven en esos barrios”.
En este apartado coincidió también Inmaculada Ruíz, educadora social y psicóloga de menores, quien advirtió del “riesgo de que el plan migratorio original devenga en un proceso de marginalidad y desestructuración personal. También Marisa Escámez, doctoranda en sociología, habló sobre los menores y más en concreto de las niñas, las cuales “entran en carritos de la compra, bajo los coches o las faldas de mujeres que se dedican al tráfico de personas”.
Para finalizar los actos de la mañana Ignacio Peña Ruíz, Coordinador de Salud Entre Culturas, fue el encargado de introducir a Claudia González López y Cristina Arcas Noguera quienes presentaron los resultados del estudio “Necesidades en salud de la población migrante en España”. El objetivo se centra en despertar conciencias a través de la investigación, sensibilización y formación de profesionales.
Un dato que llama la atención es que el 70% de los encuestados no ha trabajado nunca junto a un mediador cultural. Esto es importante cuando una de las principales barreras con las que los encuestados se encuentran en estas situaciones es el idioma o la cultura de la persona, además de la falta de formación.
La conclusión resultante es una falta de conocimiento, información y sensibilización sobre la situación real de estas personas. Este dato va en contra del propio código deontológico que obliga a estar formado acorde con la realidad socio-cultural del momento.
Destacó Claudia la necesidad de darse cuenta de que “atendemos a personas y no a culturas” y la falta de “propuestas formación que despierten conciencias”.
Testimonios, escape room y simulaciones
Mbaye es senegalés y llegó a España con 15 años y “de la única manera que existía, en patera, después de pagar 4.500€. Cuando migras dejas todo lo que eres. Dejas tu familia, tus amigos y tus costumbres”. Reconoce que es más difícil el proceso de adaptación que el viaje en patera, “sabes que vives o mueres pero cuando llegas tienes que sobrevivir” concluyó.
Entre otros, tuvo que trabajar en el ‘top manta’ y otros trabajos precarios hasta tener su oportunidad y obtener los papeles. Hoy Mbaye es enfermero en el País Vasco y es fundador de la organización Sugul, para ayudar en proyectos de educación y salud en Senegal.
Ricardo Peña, también enfermero, tuvo migrar desde Argentina en 1980. A diferencia de otros migrantes destaca que tuvo una “integración en la sociedad española low cost” y nunca tuvo problemas. Aunque reconoce que en la actualidad “los recursos sanitarios y no sanitarios no están preparados para la población migrante”, poniendo el foco en la necesidad de “formar en la interculturalidad”.
Los asistentes al Foro Fuden también pudieron disfrutar de actividades como un Role Play simulando una consulta intercultural, en la que recreaban la figura del mediador. Martina Corral quiso enfatizar la necesidad de entablar una comunicación directa con la persona que acude a la visita, dejando en un segundo plano al mediador que ayuda en la traducción y entendimiento entre enfermero y paciente.
Las actividades de la tarde que cerraron esta jornada incluían un Escape Room, #EscapaDeLaInequidad, en el que los participantes experimentaron cuánto influyen en nuestra salud determinantes sociales como el género, la etnia o el país de origen, dando lugar a inequidades en salud, que son injustas y evitables.
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