Rubén Cuesta Barriuso es doctor en fisioterapia y también un buen conocedor de la hemofilia. Se la diagnosticaron con 13 meses y su trayectoria profesional ha estado muy ligada a esta patología que sufren casi 5.000 personas en nuestro país. Esta dolencia se refiere a la ausencia total o parcial de uno de 13 factores de coagulación de la sangre, lo que incrementa la detención de posibles hemorragias. Las más perjudicadas son las articulaciones, por lo que el papel de la fisioterapia es clave en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.
Rubén ha dedicado su trayectoria profesional a la práctica clínica y, posteriormente, a la investigación y la docencia en distintas universidades españolas. “Llego a la Universidad de Oviedo de carambola porque mi dedicación clínica era total hasta que desarrollo un master en terapia manual, el TFM gustó mucho y me animaron a hacer Investigación”.
En 2008 realiza un máster de discapacidad en Murcia donde, más tarde, trabajaría en la UCAM y en la Universidad de Murcia. Más tarde aterrizaría en la Universidad Europea y, por último, en la facultad de fisioterapia de la ciudad asturiana donde compagina la docencia con la investigación.
Entre sus hitos profesionales se encuentra el objeto de estudio de su doctorado. La terapia manual en pacientes con coagulopatías congénitas estaba contraindicada expresamente, pero tras realizar un estudio en el que participaron tres personas con coagulopatías. “Hicimos un muestreo y vimos que no se producía hemartrosis. Mi doctorado consistió en demostrar que la terapia manual ortopédica es segura y eficaz en pacientes con hemofilia”.
Rubén continuará su labor profesional desde la vida universitaria y, espera, que sea desde Oviedo donde seguirá visibilizando la fisioterapia y destronando mitos relacionados con la hemofilia.
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