Conciliación de la actividad investigadora y asistencial en Enfermería

Mar 20, 2019

«Cuando ya te has convertido en un artista de la conciliación y los cambios de última hora te salen como churros pretenden que, además, te pongas a investigar». #OpiniónFuden por Nélida Conejo

Todos hemos oído hablar de la conciliación de la vida familiar, laboral y personal, quizá más recientemente por el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.

Sin entrar en cuestiones de género, los y las profesionales de enfermería deben estar al frente del cañón los 365 días del año, las 24 horas del día. Esto no es tarea fácil para quienes gestionan los turnos, bajas, vacaciones y un largo etcétera. Pero para los que se dedican a su vocación asistencial les supone trabajar cuando casi nadie más lo hace (por las noches y fines de semana), trabajar en los días “libres” con un aviso previo de días o incluso horas antes, afrontar la necesidad de formación constante y conciliar horarios de trabajo irregulares que prácticamente anulan la posibilidad de apuntarse a alguna actividad de ocio-deporte o atender asuntos familiares o personales, por no hablar de que siempre se trabaja con el mínimo personal posible.

Y cuando ya te has convertido en un artista de la conciliación y los cambios de última hora te salen como churros, pretenden que, además, te pongas a investigar.

-“Pues que me digan cómo, que ya sólo me falta hacer la conga inversa”.

Desde hace poco se pretende incentivar la Enfermería Basada en Evidencias (EBE) por los beneficios que genera: menor variabilidad en los cuidados, mayor seguridad del paciente, mayor calidad asistencial, el avance de la profesión como Disciplina científica, mayor satisfacción personal de los profesionales de enfermería, mayor autonomía profesional, etc.

Pero claro, con la palmadita en la espalda y decir “ánimo, tú puedes” no es suficiente. Los datos siguen confirmando la brecha existente entre la investigación y la práctica clínica: los resultados de la investigación y todos sus beneficios no llegan a los pacientes. Lo más fácil es decir que las enfermeras no queremos investigar o que no sabemos cómo. Pero esto no es así, un reciente estudio demuestra que las enfermeras tenemos una elevada actitud hacia la investigación y que, a pesar de formarnos no conseguimos renovar la práctica asistencial.

-“Queremos investigar, sabemos cómo investigar, pero no podemos”.

Existen determinadas barreras que nos lo impide, como la falta de tiempo o la falta de apoyo institucional. Las Direcciones de Enfermería no pueden pretender que nos convirtamos todas en Marie Curie y consagremos nuestra vida entera a la investigación, quedándonos por las mañanas, tardes o noches, luego yendo mal dormidas, aislándote socialmente o perdiéndote los primeros pasos de tus hijos.

Deben implantar medidas para que los profesionales de enfermería puedan conciliar su actividad asistencial con la investigadora, como las becas de intensificación. Sólo así la investigación será una realidad y estará además orientada 100% a los pacientes, surgiendo desde sus necesidades y retornando otra vez a éstos.

Nélida Conejo
Enfermera y Directora de Investigación FUDEN