«No puedo imaginar cómo sería que tus días estuvieran contados y que de repente alguien te «regalara» una parte de su cuerpo para que tú pudieras seguir viviendo». #OpiniónFUDEN por Raquel Carcereny
Hoy, 6 de junio, se celebra el Día Mundial de los Pacientes Trasplantados que surgió con el objetivo de fomentar una cultura de donación de órganos y tejidos y con ello, una nueva oportunidad para que pudieran seguir viviendo personas, que por una patología determinada, se vieran en una situación desfavorable y contando sus últimos meses, semanas o días…
La mayoría de las personas que se encuentran en las listas de espera para recibir un órgano o un tejido, presentan patologías crónicas o enfermedades terminales y gracias a la donación de órganos, a través de los trasplantes, consiguen sobrevivir. En la gran mayoría de los casos, la oportunidad del receptor surge en el momento en que otra persona, el donante en este caso, fallece, aunque hoy en día la donación de donante vivo cada vez tiene más peso en la sociedad. En el caso concreto de España, todos somos potencialmente donantes a no ser que nos hayamos opuesto en vida (a través del documento de instrucciones previas), o que nuestros familiares se opongan a ello.
Pero, ¿por qué negarnos si con ello podemos salvar otra vida que no sea la nuestra?. No entraré en semejante debate, solamente diré que creo en la humanidad y en la existencia de gente buena, solidaria y altruista.
Me gustaría destacar también la predisposición de todos aquellos, que realizan donación de sangre y enfatizar la importancia de los donantes de médula ósea, tan necesarios e imprescindibles, que gracias a ellos salvan muchas vidas. En definitiva, concienciarnos de que es posible donar en vida.
No puedo imaginar cómo sería que tus días estuvieran contados, que te encontraras en la línea que separa la vida y la muerte, y que de repente alguien te «regalara» una parte de su cuerpo para que tú pudieras seguir viviendo. Sin embargo, sí conozco el miedo de necesitar un donante de médula ósea urgente para una pequeña persona importante en mi vida y no dar con ella. Es muy angustioso, y gracias a todos los que de forma voluntaria lo realizan día a día, muchos afortunados pueden beneficiarse de ello.
Cuando hay un trasplante no existen palabras de agradecimiento ante el gesto desinteresado y bondadoso que esto supone.
Raquel Carcereny
Enfermera Especialista EFyC y Responsable de Comunitaria y Formación EIR