Alexander, Aida, Noelia y Esther son los cuatro alumnos de la quinta edición del Experto Universitario en Cooperación Internacional para Enfermería que se encuentran actualmente cursando sus prácticas en República Dominicana. En 2020 no pudieron realizar esta actividad. Incluso alguno de ellos ya se encontraba allí cuando la pandemia comenzó y tuvo que ser repatriado. Pero tras un año de espera, y gracias a su entusiasmo y ganas de compartir, por fin han llegado a su destino.
Las prácticas se desarrollan mediante la metodología Aprendizaje Servicio y son tutorizadas por las coordinadoras de Fuden en terreno, Yaquelin Félix y Glorian Amparo Melo, ambas licenciadas en Enfermería. Se llevan a cabo en la provincia de Monte Plata, donde los alumnos colaboran con las estrategias de prevención y promoción de la salud de las entidades sanitarias y refuerzan con educación en hábitos saludables a la población de los bateyes de la provincia. Así mismo, también participan en sesiones formativas a los profesionales de salud y agentes comunitarios que trabajan cada día en estas poblaciones para garantizar el acceso a la salud de las personas que viven allí.
En esta ocasión, los cuatro enfermeros cooperantes han coincidido además, en terreno, con la primera fase de ejecución de uno de los proyectos de Fuden para promover y contribuir a restituir los derechos humanos de mujeres, hombres, niñas y niños del batey Haití Chiquito, al agua potable, saneamiento básico y salud, financiado por la Agencia Asturiana de Cooperación. Este hecho les está permitiendo vivir en primera persona el desarrollo de una intervención en tiempo real.
Por este motivo, les hemos pedido que compartan con nosotros cómo están viviendo esta experiencia:
“Decidí comenzar en el área de la cooperación porque es algo que me gusta desde que era pequeña. Quería probar la experiencia en terreno, realizando pequeñas acciones que contribuyan con el desarrollo de las zonas más vulnerables. En este caso, he viajado junto con mis compañeros a Republica Dominicana, en especial a la provincia de Monte Plata, donde hemos podido aprender, junto al coordinador del proyecto enviado por Fuden, la labor que desempeñan las enfermeras y la Fundación en las diferentes áreas de salud pública y, especialmente, en los bateyes.
Los bateyes son las zonas más vulnerables de Dominicana, donde más se marcan las necesidades sociosanitarias y económicas del país. En ellos, hemos realizado un proyecto de letrinas, saneamiento del agua y vacunaciones para prevenir infecciones por SARS-Cov-2. En los hospitales y centros de salud, realizamos cursos de formación para sanitarios (habilidades comunicativas y de adaptación, derechos humanos, soporte vital avanzado, electrocardiograma, quirófano…).
Mi experiencia personal en este país ha sido muy enriquecedora. He descubierto la importancia de los pequeños detalles de la vida. No necesitamos grandes riquezas para ser felices, ni todo lo malo que nos ocurre es un drama mundial. He aprendido a valorar mi tiempo, a saborear cada segundo. He comprendido que los comportamientos sociales son la consecuencia de la historia y que cada uno tiene un pasado que le hace ser quien es y actuar como actúa. Debemos ser respetuosos, humildes y comprensivos con los demás y con nosotros mismos, ya que, sin un correcto desarrollo personal, no es posible contribuir al desarrollo de otros.
Pensé que vendría aquí a aportar mi granito de arena y me voy con una montaña que han construido entre todas las personas que se han cruzado en mi camino durante esta preciosa experiencia.
Gracias a Fuden, a las organizaciones y personas que hacen que estos proyectos sean posibles, en especial a Yakelin, Gloria, Loreta por hacernos sentir parte de la familia y a Robinson por cuidar tanto de nosotros. Lo más difícil de esta experiencia es la llegada de su final.”
Esther Cuadros Caballero
32 años
Enfermera geriátrica en AILESBURY Nursing Home, Dublín
“Estoy estudiando el Experto en Cooperación Internacional de Fuden. Hemos venido a realizar las prácticas en terreno a República Dominicana. Esta experiencia ha sido muy enriquecedora a nivel personal. Me ha ayudado a adaptarme y a conocer una cultura diferente. También he entendido mejor el concepto de cooperación. Se trata de que aportemos todos y, juntos, lleguemos a unos resultados. Lo que quiero decir es que la gente local nos ha enriquecido mucho con sus conocimientos y nos ha ayudado a adentrarnos en su cultura acogiéndonos con mucho cariño y haciéndonos un hueco en su familia. Esta experiencia nos ha permitido conocer y formar parte de los proyectos de cooperación, así como entender su ejecución gracias a la gente local y al personal de Fuden”.
Aida Fernández Cuevas
27 años
Enfermera del Hospital Universitario de Basurto de Bilbao y de Atención Primaria
“Esta experiencia para mí ha sido un continuo aprendizaje y adaptación a nivel personal. Es enriquecedor ver cómo personas que no te conocen te abren las puertas de su casa y te ofrecen comida, siempre con amabilidad y una sonrisa y te acogen y agradecen por estar en su país y aportar tu granito de arena.”
Noelia Fernández Flores
32 años
Enfermera de Urgencias en el Hospital de Viladecans de Barcelona
“Tras cuatro intentos fallidos de realizar un voluntariado por fin encontré la oportunidad. Es más, esta experiencia me ha permitido participar en el proyecto de cooperación que está ejecutando Fuden en Dominicana. El recibimiento de los locales, así como de los responsables de la Fundación en terreno ha sido extraordinario. Hemos participado en diversas actividades, lo que nos ha permitido conocer a profesionales enfermeros que trabajan en diversas áreas, fundaciones sanitarias, o la vida en los bateyes. Pero, sin lugar a dudas, lo más enriquecedor ha sido el contacto con las personas que han precisado de nuestra colaboración. La experiencia ha siendo increíble.”
Alexander Cano Lozano
31 años
Enfermero de Urgencias del Hospital La Paz de Madrid