«Menopausia ¿Transición o enfermedad?»
#OpiniónFuden por Sara León
La menopausia es el cese permanente de la menstruación durante doce meses consecutivos. Su causa natural radica en la reducción de la reserva folicular hasta un nivel crítico estimado en unos 1.000 ovocitos. Cuando esto ocurre, una de las consecuencias es la detención del ciclo ovárico que cursa con una elevación de las gonadotropinas y un descenso de los estrógenos.
La edad de presentación de la menopausia natural se sitúa entre los 45 y 55 años, con una media alrededor de los 50 años, tanto en la población mundial como en nuestro entorno.
En la literatura científica, la menopausia, aparece como una etapa conflictiva, en pugna con dos teorías: la que la considera como una enfermedad deficitaria o una patología biológica que requiere atención especializada y la que la considera un proceso natural asociado a la edad, y que puede transcurrir sin mayores complicaciones. La primera de las teorías se basa en un modelo biomédico más tradicional e intervencionista que desemboca en una visión negativa de la menopausia, en muchos casos medicalizada en exceso.
Y aunque sí que es cierto que los cambios endocrinológicos y celulares que viven las mujeres en esta época de su vida las predisponen a sufrir de manera más frecuente enfermedades de tipo cardiaco, óseo o incluso oncológicas (como el cáncer de mama). Desde esta visión, extendida a nivel cultural y sanitario, olvidamos que el sentir de las mujeres no tiene porqué responder necesariamente a esta descripción, y que factores más individuales como el estado físico de la mujer, su alimentación, su concepto de sí misma, sus redes sociales y su vivencia de la sexualidad, influyen en las diferentes maneras de percibir y vivir este acontecimiento vital.
Vivimos en una sociedad donde los valores relacionados con la juventud y el culto al cuerpo son ensalzados. Solo hay que detenerse a mirar los anuncios televisivos para darse cuenta de que la presión social por la imagen de uno o una misma es la tónica general del sentir social. Los valores que en otras culturas se asocian al envejecimiento, como la sabiduría o la templanza, apenas están presentes en el imaginario social de la nuestra y son sustituidos por otros relacionados con el deterioro y la pérdida de roles, de funciones y de prestigio.
Frente a la inquietud con que vive la menopausia la mujer occidental, en otras sociedades las mujeres en esta edad merecen y obtienen un gran reconocimiento social. De hecho, en todo el mundo los datos indican que la mayoría de mujeres consiguen su mayor éxito social o profesional en este momento de su vida.
Dentro de estas vivencias de la menopausia en las mujeres destaca la pérdida de la capacidad reproductiva de la mujer. Por un lado, encontramos mujeres que sienten la pérdida de la menstruación y de la fertilidad como algo trágico, pues esta pérdida de la capacidad reproductiva de la mujer resquebraja su identidad y su valor femenino. Por otro lado, nos encontramos mujeres que manifiestan alivio al desaparecer el constante temor a quedarse embarazadas, experimentando con ello una mayor liberación en el plano sexual.
El sistema sanitario y los profesionales de la salud han de aproximarse a esta dimensión sociocultural de la menopausia, ya que se ha demostrado que la sintomatología propia del climaterio y de la menopausia no es una experiencia similar universal, sino que está condicionada a factores individuales y culturales. Nuestra labor como enfermeras debe centrarse en la elaboración de planes y programas de salud donde se considere a la menopausia como un concepto dinámico, que varía en función de esos factores socioculturales
que la condicionan y en el cuidado de estas mujeres enfocando nuestra intervención en el campo de la promoción y de la salud pública.
Sara León
Matrona y Responsable de formación del área Obstétrico-ginecológica de FUDEN