Descripción
El suicidio constituye un importante problema de Salud Pública, ya que cerca de 800.000 personas se suicidan al año en el mundo, lo que significa que cada 40 segundos se está produciendo una muerte por suicidio, según los datos epidemiológicos aportados por la Organización Mundial de la Salud. Es importante también destacar los casos de tentativa de suicidio, que son 20 veces superiores a las personas que llegan a cometer el suicidio consumado. Hoy en día, la mortalidad por suicidio es superior a la mortalidad total causada por la guerra y los homicidios.
En España, según los datos aportados por el INE, en el año 2018 se suicidaron 3.539 personas, 3 de cada 4 fueron hombres. Estos datos equivalen a una media de 10 suicidios al día, uno cada 2 horas y media.
El suicidio en España sigue siendo la primera causa de muerte externa, duplicando a los accidentes de tráfico, multiplicando por 13 los homicidios y por 60 la violencia de género.
Aunque los datos epidemiológicos mostrados son alarmantes, los suicidios pueden prevenirse a través de la adopción de un enfoque multisectorial integral, donde deben intervenir todos los actores implicados: las administraciones públicas, la sociedad civil y los medios de comunicación.
La Organización Mundial de la Salud en el Plan de acción sobre salud mental 2013-2020 se ha propuesto como meta reducir un 10% la tasa de suicidios. Para ello, considera que una de las maneras de dar una respuesta a dicho problema es que los países establezcan estrategias nacionales de prevención del suicidio, sin embargo, tan sólo 28 países en el mundo disponen de dichas estrategias.
La prevención del suicidio en el sistema de salud se realiza a través de un equipo multidisciplinar. Las enfermeras especialistas en salud mental, al mantener un contacto estrecho y una relación directa con las personas, las familias y los grupos sociales, pueden actuar en todos los niveles de prevención.