Descripción
Las quemaduras constituyen un problema de salud pública a nivel mundial, sobre todo en países de ingresos bajos y medianos, suponiendo una de las principales causas de pérdida de años de vida ajustados en función de la discapacidad y tienen un impacto socioeconómico importantísimo, tanto en coste directo (atención sanitaria) como indirecto (pérdida de salario, discapacidad, tratamientos crónicos, etc.). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las quemaduras ocasionan aproximadamente 180.000 muertes al año, siendo además las no mortales una de las principales causas de morbilidad, que incluye hospitalización prolongada, desfiguración y discapacidad, lo que suele generar estigmatización y rechazo.
Por otra parte, las quemaduras son prevenibles: en los países con ingresos altos, la reducción de las tasas de mortalidad y secuelas se ha conseguido combinando políticas eficaces de prevención con asistencia sanitaria precoz y de calidad en este tipo de pacientes. En cambio, en países de ingresos medio-bajos no se han aplicado de forma completa, por lo que mantienen tasas mucho más elevadas. Para ello, la OMS ha propuesto un plan multisectorial denominado “A WHO plan for burn prevention and care” en el que se abordan cuestiones como la educación y la capacitación de las comunidades en materia de prevención y el fortalecimiento de la asistencia sanitaria, entre otras.
Por ello es necesario que los profesionales de enfermería tengan los conocimientos necesarios para hacer frente a este tipo de pacientes no sólo en el aspecto del tratamiento de las quemaduras, sino también en su labor como agentes de promoción de la salud y prevención, para evitar la aparición de las quemaduras, y en caso de que se produzcan, disminuir las complicaciones.