Descripción
El tema “Trastornos del neurodesarrollo” está dirigido a enfermeros/as especialistas en Salud Mental para ampliar conocimientos específicos para su formación
En este tema se desarrollan los diferentes trastornos del neurodesarrollo, sus características definitorias, curso y evolución de los mismos. Para el personal de enfermería es importante conocer e identificar estos trastornos y así poder realizar una detección precoz e intervención temprana desde la infancia.
Los trastornos del neurodesarrollo engloban un grupo de trastornos de inicio en la niñez, en períodos precoces del desarrollo, y se caracterizan por alteraciones en la atención, la memoria, la percepción, el lenguaje, la resolución de problemas o la interacción social que repercuten en el funcionamiento personal, social, académico u ocupacional.
Existen diferentes factores (biológicos, psicológicos y sociales) que pueden causar alteraciones en el desarrollo normal:
– Factores congénitos (como mutaciones genéticas o trastornos metabólicos).
– Factores prenatales (como infecciones maternas).
– Factores perinatales (complicaciones durante el parto como la hipoxia).
– Factores postnatales (TCE, infecciones).
La discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) se caracteriza por un déficit en el funcionamiento intelectual, es decir, la persona presenta limitaciones en las capacidades mentales generales, como el razonamiento, la resolución de problemas, la planificación, el pensamiento abstracto, el juicio, el aprendizaje académico y de la experiencia. Estas limitaciones producen alteraciones en la capacidad adaptativa, de tal forma que la persona no alcanza el nivel de independencia personal y social esperado.
Según del DSM-5 existen diferentes niveles de gravedad: leve, moderado, grave y profundo. Los diversos niveles de gravedad se definen según el funcionamiento adaptativo, y no según las puntuaciones de cociente intelectual (CI), porque es el funcionamiento adaptativo el que determina el nivel de apoyo requerido.
Los trastornos de la comunicación incluyen el trastorno del lenguaje, el trastorno fonológico, el trastorno de la comunicación social (pragmático) y el trastorno de la fluidez de inicio en la infancia (tartamudeo). Se caracterizan por déficits en el desarrollo y en el uso del lenguaje, el habla y la comunicación social y alteraciones de la fluidez normal y la producción motora del habla, respectivamente.
El trastorno del espectro autista se caracteriza por déficits persistentes en la comunicación social y la socialización en múltiples contextos y la presencia de patrones de comportamiento, intereses o actividades de tipo restrictivo o repetitivo.
Según el DSM -5, el trastorno del espectro autista incluye las características diagnósticas, descritas en el DSM-IV, de trastorno autista (autismo), trastorno de Asperger, trastorno desintegrativo infantil, el síndrome de Rett (síndrome ligado al cromosoma X y es más frecuente en niñas) y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Esto es así puesto que se considera que los síntomas de estos trastornos representan un único continuo de alteraciones, de leves a graves, en los dos dominios de comunicación social y de conductas o intereses restringidos y repetidos, más que trastornos diferentes.
El trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo definido por un patrón persistente de inatención, desorganización y/o hiperactividad-impulsividad.
El TDAH está asociado a bajo rendimiento escolar, escasos logros académicos y rechazo social. Los niños con TDAH tienen más posibilidades de desarrollar un trastorno de conducta en la adolescencia y trastorno de personalidad antisocial en la edad adulta, con lo que existe un aumento del riesgo de presentar un trastorno por consumo de sustancias.
Los trastornos motores del neurodesarrollo incluyen el trastorno del desarrollo de la coordinación que se caracteriza por déficits en la adquisición y ejecución de las habilidades motoras coordinadas, el trastorno de movimientos estereotipados que consiste en comportamientos motores repetitivos, aparentemente guiados y sin objetivo; y los trastornos de tics que se manifiestan con la presencia de tics motores o vocales, que son movimientos o vocalizaciones súbitos, rápidos, recurrentes, no rítmicos y estereotipados y se diferencian varios tipos según su duración, etiología y presentación clínica: el trastorno de la Tourette, el trastorno de tics motores o vocales persistentes (crónico), el trastorno de tics transitorio, otro trastorno de tics especificado y el trastorno de tics no especificado.
El trastorno específico del aprendizaje se caracteriza por dificultades en la capacidad del individuo para percibir o procesar información de manera adecuada y eficiente que interfieren en el aprendizaje.
Los trastornos del neurodesarrollo pueden incluir el especificador «asociado a una afección médica o genética conocida o a un factor ambiental». Estos factores incluyen el síndrome de la X frágil, la esclerosis tuberosa, el síndrome de Rett, la epilepsia y factores ambientales como un peso al nacer muy bajo y la exposición fetal al alcohol.