«El cuidado implica un lado humano e intelectual poco visible, pero que en la gran pantalla es posible reflejar»

May 13, 2021

Amelia Amezcua
Enfermera. Directora de la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería, FUDEN.

La primera edición de los premios Hygeia llega a su fin, y espero que hayamos conseguido el objetivo que nos movió a organizarlos en Fuden. El certamen de cortos sobre la enfermería y la fisioterapia perseguía, como ya les hemos contado, visibilizar y poner en valor el trabajo de estos profesionales, ver a la Enfermería y la Fisioterapia como nunca antes la habíamos visto. Y podíamos habernos quedado ahí y haber visto los cortos cómodamente cada uno en su sofá, y ya está; pero decidimos que esto no podía ser.

Queríamos recuperar estos espacios de contacto directo, compartidos, generar esta conexión, encontrarnos de frente, sentirnos, olernos, recuperar la espontaneidad de las palabras y el temblor de manos que tiene el directo.

Y qué mejor día que el día internacional de la Enfermería; y qué mejor medio que el cine, para congregarnos y al tiempo aislarnos, para crear esta burbuja de celebración y espectáculo, dentro de esta dura realidad cotidiana que estamos viviendo el mundo entero y muy especialmente las Enfermeras y los más frágiles y vulnerables.

Porque el cine es al tiempo espectáculo y pensamiento; y también es documento de la vida de una época. Con solo entrar en la sala, se inicia en la persona un proceso de implicación y conexión, que trasciende la simple visión de la película. Somos capaces de empatizar con las situaciones que se recrean, con los protagonistas, experimentamos sus sentimientos, exploramos la adversidad y nos emocionamos con ellos.

El cine, como la música, es capaz de generar diferentes estados anímicos, y eso es fundamental, porque forma parte de lo “intangible” de la vida, de lo que no podemos contar ni acumular, tan solo vivirlo como esencial; como pasa con los cuidados.

El cuidado implica más allá del acto técnico, un lado humano e intelectual poco visible, pero que en la gran pantalla es posible reflejar. Por eso, los cortos son una gran oportunidad de poner en valor nuestro trabajo y poner el foco en lo no cuantificable pero que, sin duda, es lo que llega al corazón de las personas: en esa canción y esa mirada de Berta, en esa rabia en la voz de enfermera bonita, en esas narrativas por teléfono de Laura, y como no, en esa voz y el espíritu de Florence Nightingale. Y es que hay algo más que el cine y los cuidados también comparten; y es que detrás, hay una gran trabajo y muchas horas de preparación, que sin embargo, se proyecta, se trasfiere, se genera, en unos minutos o incluso segundos.

Tras cada intervención enfermera, tras cada “vacuna” por ejemplo, hay un conocimiento científicamente respaldado, y culturalmente aceptado, además de un “saber hacer”; hay una valoración, vigilancia, planificación y educación realizados con diligencia y efectividad, que suelen pasar inadvertidas, además del compromiso con la vida de las personas.

Así que, si todas estas dimensiones del cuidado y del trabajo de la enfermería y la fisioterapia se plasman, se proyectan y se trasmiten cuando se crean los cortos, y cuando desde la butaca los contemplamos serenamente, solo puedo decir que larga vida a los premios Hygeia, y que esta sea la primera de muchas ediciones y compartamos muchas más galas.

 

Muchas gracias a todos.