Síndrome de Asperger

Sep 24, 2019

El Síndrome de Asperger es un tipo de trastorno generalizado del desarrollo que comparte características del espectro autista en el lenguaje, relaciones sociales y la presencia de intereses particulares. En España de 3 a 5 de cada 1000 niños padecen este síndrome y se estima que la frecuencia es mayor en niños que en niñas.

El Síndrome de Asperger, que forma parte de los TEA, es un trastorno del neurodesarrollo. El cerebro funciona de manera diferente a como lo hace habitualmente, sobre todo en lo referente a la comunicación e interacción social y en la adaptación a normas.

Diagnóstico y seguimiento enfermero del Síndrome de Asperger. #FudenCuida

El niño que padece Síndrome de Asperger es una persona cuadriculada, muy meticulosa en sus interese y obsesionada con uno en particular para el que centra toda su atención. Externo a ese tema que le obsesiona, el niño tiene problemas para mantener una conversación social.

Aunque comprende el lenguaje y su vocabulario y sus expresiones pueden simular las de un adulto, tiene dificulad para entender mensajes sutiles como bromas, sarcasmos o metáformas.

El Síndrome de Asperger dificulta a quien lo padece la expresión de sus emociones de manera convencional o, incluso, entender o reaccionar ante las de los demás. Fiel a las rutinas y las tareas repetitivas o rígidas, le resultará complicado seguir aquellas que conllevan flexibilidad o alternativas para la resolución de problemas. Su mayor seguridad es, por tanto, el hábito y la previsión.

Enfermería y Síndrome de Asperger

La enfermera de Atención Primaria es fundamental para detectar de manera precoz este tipo de trastorno. Deben descifrar los signos de alarma y realizar una valoración minuciosa del niño, sobre todo en aquellos patrones funcionales de salud cognitivoperceptivo y el de rol-relaciones. «Es muy complejo delimitar cuáles son los criterios de normalidad o anormalidad en determinados patrones del comportamiento; no todo niño/a con una actitud inapropiada tiene un trastorno de la conducta: el incumplimiento de las normas, la agresividad o la rebeldía son aspectos sin una connotación patológica en sí mismos. La diferencia que nos marca lo patológico o no es la intensidad, la frecuencia y el deterioro de las relaciones interpersonales», comenta Mónica Cueto Pérez en su artículo ‘Papel de la enfermera de Atención Primaria en la detección precoz dle niño con Trastorno del Espectro Autista y Síndrome de Asperger’.

Mónica, en su artículo, insiste en la importancia del papel de las enfermeras que trabajan con niños y en coordinación con otros profesionales que también lo hagan -pediatras, profesores, psicólogos- para la detección precoz de estos síntomas que deriven a la sospecha de un TEA. De esta manera se podrá proporcionar una mayor atención, asesoramiento y apoyo tanto a los pacientes como a los familiares.

En España, los datos de un estudio realizado en el 2012 manifiestan que la edad de diagnóstico del Síndrome de Asperger puede retrasarse hasta los 11 años. A este retraso en el diagnóstico hay que añadirle los problemas de accesibilidad de personas con TEA al sistema sanitario, el desconocimiento, aún, de determinados profesionales sobre este trastorno, el tiempo de espera hasta recibir el diagnóstico definitivo y la descoordinación entre profesionales implicados.

En la última década se ha experimentado un incremento del número de personas con este tipo de trastorno, pero también una mejora de su diagnóstico. «Es prioritario ofrecer la información necesaria para realizar una detección precoz, tanto a los profesionales de Atención Primaria como educadores, ya que son los que van a ser consultados en primer lugar o los que tienen la posibilidad de detectar más temprano y fácilmente estos trastornos», declara la enfermera en su escrito.

El Síndrome de Asperger desde la Teoría del Apego

La teoría del apego, como tal, fue definida por John Bowlby. Se trata de una teoría sistémica acerca de la organización, función y desarrollo de la conducta de protección en los seres humanos. La definimos como un lazo emocional que desarrolla el niño con sus padres o cuidadores y que le proporciona seguridad emocional, fundamental para el desarrollo de sus habilidades psicológicas y sociales. El objetivo del apego es la seguridad, reguladora de la experiencia emocional.

Mary Ainsworth observó y describió diferentes patrones de apego. Cuando existe en el niño trastorno generalizado del desarrollo (T.G.D.) se presentan características como la dificultad en la interacción social, en actividad imaginativa y en habilidades de comunicación verbal y no verbal, así como en presencia de un número limitado de actividades e intereses, que tienden a ser repetitivos. Uno de estos trastornos es el de Asperger, o Síndrome de Asperger. Ana María Ruíz Galán lo recoge en su artículo para la revista Nure Investigación: «es un trastorno del desarrollo caracterizado por ausencia de habilidades sociales, baja coordinación y baja concentración, y un rango de intereses restringido, inteligencia media o superior a la media (a diferencia del autismo) y habilidades de lenguaje normales en las áreas de vocabulario y gramática. El Trastorno de Asperger suele tener una edad de inicio posterior a la del Trastorno Autista o al menos, se detecta más tarde. Un niño o sujeto con Trastorno de Asperger no muestra un retraso significativo en el desarrollo del lenguaje y sin embargo, puede tener dificultades para captar las sutilezas utilizadas en una conversación, tales como la ironía o el humor».

El trabajo de Ana María, plasmado en este artículo de la revista Nure Investigación, tiene como objetivo principal el de potenciar el apego entre el niño con TGD y su madre mediante la inclusión del masaje infantil disminuyendo así la ansiedad entre ambos, «de éste modo, los niños con TGD desarrollan una mejora cualitativa y cuantitativa del vínculo, acercándose al mundo exterior, disminuyendo la ansiedad ante los cambios, adaptándose mejor a la vida».