Reflexionando sobre las Especialidades de Enfermería

May 30, 2019

¿Nos hemos desilusionado con las especialidades de Enfermería? ¿Merece la pena ser especialista?. #OpiniónFUDEN por Raquel Carcereny

Han pasado 14 años desde que se aprobaron las especialidades enfermeras (RD 450/2005) y año tras año se convoca la prueba del EIR. ¿Has corrido alguna vez una maratón? El EIR se trata de superar con éxito una prueba de dificultad alta de 235 preguntas de 5 horas de duración, para el acceso a una plaza de las 6 especialidades de enfermería que se ofertan actualmente, sin olvidarnos de la especialidad de cuidados médico-quirúrgicos que sigue pendiente de desarrollar. Para poder realizar la maratón primero hay que entrenar muy duro, ¿verdad?

Prepararse un EIR es a veces tarea complicada, ya que requiere de un estudio constante de aproximadamente 10-12 meses, en el que toca reestructurar tu rutina. Según la vida que tienes, puedes dedicar más o menos tiempo al estudio. No es lo mismo tener cargas familiares y un turno asistencial de 37,5h semanales que haber terminado el grado de Enfermería y sin todo lo anterior. Es una carrera de fondo bastante sacrificada. Una tiene que tener mucha ilusión y motivación de querer ser especialista por esta vía para embarcarte en semejante Gymkana.

Tuve la suerte o el infortunio, según se mire, de obtener una plaza para la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria en los inicios de sus andaduras, en la primera promoción del 2010/2011, dedicándole muchas horas al día, más de las que me hubiera gustado dedicar, ya que sacrifiqué tiempo para dedicar a mi familia y a mis amigos. Sin embargo, conseguir la plaza y realizar la especialidad me hizo vivir una etapa única, ilusionante y la mejor de toda mi vida académica y profesional.

Se abrió ante mí la oportunidad de estudiar y desarrollarme en un ámbito de la profesión que no había tratado (salvo unas semanas de prácticas durante la carrera de Enfermería) y descubrí que la Atención Primaria y la salud comunitaria era a lo que me quería dedicar. No imaginé ni por asomo que rotaría por tantos servicios que me dieron una visión completa y un bagaje que me ha servido para crecer tanto a nivel profesional. El problema vino dos años después. Al terminar la residencia, te ves en el mismo punto de partida que cuando terminas la carrera universitaria, sin reconocimiento por parte de la administración y con un conocimiento no aprovechado. ¿Y esto me desilusionó? Sinceramente al principio sí. Éramos conscientes de que el transcurso de los cambios a nivel organizativo de la Atención Primaria serían lentos, pero sinceramente no creíamos que tanto. Y 9 años después seguimos igual.

He llegado a la conclusión de que eso es lo que les pasa a muchas de mis compañeras, que están desilusionadas y desencantadas con las especialidades de enfermería, ya que los datos así lo muestran. En la convocatoria del 2009 fueron admitidas poco más de 6000 personas cuando se ofertaban las especialidades de Matrona, Salud Mental y Enfermería del Trabajo. Un año después, en el EIR 2010 hubo más de 16000 admitidos, esta subida exponencial fue consecuencia de la oferta por primera vez de las especialidades de Enfermería Familiar y Comunitaria, Enfermería Pediátrica y Enfermería Geriátrica. Fue un subidón que duró poco. En el último EIR 2018 fueron admitidas poco más de 12300 personas.

¿Qué ha pasado?
En lugar de aumentar todos los años los inscritos, disminuyen. Es cierto que la oferta no ayuda ya que son poco más de 1000 plazas las que se convocan en el EIR. Y aunque cada año aumenten las plazas, son subidas ridículas y los ratios para conseguir una plaza en el EIR suele ser de 1 por cada 12 opositores.

A las enfermeras nos desmotiva preparar un EIR para saber que después de la residencia te encontrarás en una situación de inestabilidad laboral, paro, contratos a días sueltos y en la mayoría de los casos sin especificar ni definir el puesto de trabajo y sin la existencia de una bolsa específica de contratación.

Soy consciente que el panorama actual para las especialidades de enfermería no es el mejor. Pero desde mi experiencia, recomiendo encarecidamente realizar el sacrificio e intentar optar a una plaza para formarse durante 2 años en lo que realmente os apasione. Es una experiencia maravillosa e irrepetible, llena de altibajos que te harán crecer como profesional y como persona. Lo mejor de esta nueva etapa, es todo lo que vas a cargar en tu mochila y lo que vas a poder hacer para mejorar la calidad de vida y la salud de las personas que se crucen en tu vida profesional. Espero que el tiempo de incertidumbre esté llegando a su fin y pronto veamos el reconocimiento que se merece la especialización de las enfermeras y se incentiven los cuidados especializados que tanto necesita la población.

Raquel Carcereny
Enfermera Especialista EFyC y Responsable de Comunitaria y Formación EIR