Descripción
En las últimas décadas en relación a las intoxicaciones alimentarias, se han producido grandes mejoras de higiene en los circuitos de elaboración de productos alimentarios, así como en las medidas de seguridad y de legislación.
Estos hechos, han conllevado una reducción importante en el número de pacientes con intoxicaciones alimentarias, domésticas o farmacológicas. Sin embargo, la falta de conocimientos por parte de la población, errores en las cadenas de alimentación o durante los procesos de seguridad alimentaria, los nuevos comportamientos asociados al ocio que derivan en intoxicaciones etílicas o por consumo de drogas, especialmente en jóvenes, así como el abuso de fármacos por parte de personas con trastornos mentales, entre otros, siguen suponiendo un perfil de pacientes habituales en los centros de atención sanitaria.
Según los datos del estudio SEMESTOX (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias de Toxicología Clínica) las intoxicaciones suponen aproximadamente el 0,6% de los casos atendidos en los servicios de urgencias, siendo las drogas y medicamentos la fuente principal, seguida en segundo lugar por los productos de limpieza.
Es de vital importancia contar con profesionales sanitarios al tanto de los avances en los diagnósticos y tratamientos más adecuados para tratar estos pacientes con características tan especiales, así como aprender a realizar una valoración adecuada para poder adelantarnos a situaciones que pongan en peligro la vida del paciente.