Descripción
La enfermedad renal es un problema de salud con una incidencia muy significativa en todo el mundo. Se estima que más del 10% de las personas de más de 20 años, tiene alguna enfermedad renal crónica, habiendo crecido casi un 30% en los últimos 10 años. Además, una gran cantidad padece enfermedades renales agudas, siendo de un 10% el crecimiento de nuevos casos en los últimos 10 años.
Por lo tanto, es habitual que los pacientes de cualquier especialidad, conviva también con algún tipo de trastorno renal. Y por ello, es importante conocer los factores de riesgo y las causas que pueden originar cualquier empeoramiento en este sistema.
Hay que tener en cuenta que, la detección temprana de alteraciones renales y el manejo adecuado de cualquiera de sus formas, previene o al menos disminuye la tasa de progresión a insuficiencia renal o a otro tipo de complicaciones. Por lo tanto, la detección precoz de la enfermedad renal se considera una prioridad sanitaria para establecer estrategias de prevención de la progresión a estadios avanzados de la enfermedad y de las complicaciones cardiovasculares asociadas.
Los riñones desempeñan un papel crucial en el filtrado de la sangre. Son, además, los reguladores primarios de los balances de líquidos y equilibrio ácido-base y electrolítico en el cuerpo, manteniendo la homeostasis. Además, secreta hormonas que participan en la producción de la eritropoyetina, en la regulación del mecanismo fosfocálcico y en la regulación hemodinámica sistémica y renal. Para poder realizar una correcta valoración de la función renal, hay que tener en cuenta que cualquier factor que interfiera en alguna de sus funciones, puede originar daño renal. Por ello, esta función renal podrá valorarse mediante pruebas de función renal básicas o especializadas, dependiendo de la complejidad de las mismas. Estas pruebas deben servir para hacer una orientación diagnóstica, medir el grado de funcionalidad y establecer el tratamiento adecuado.
En ocasiones, las complicaciones o alteraciones en otros sistemas pueden terminar repercutiendo directamente sobre el riñón.
Uno de los grandes problemas de la patología renal es que se presenta de manera asintomática hasta que está en un estado avanzado. En muchas ocasiones solo se presenta algún tipo de anomalía en el volumen (poliuria, oliguria, anuria…) o en la composición de la orina (proteinuria, glucosuria, hematuria…). En otros casos, puede aparecer dolor (como en las infecciones o en las obstrucciones de las vías urinarias). A medida que avanza la enfermedad, la sintomatología será más característica y típica de pérdida de la función renal (edema, sobrecarga de líquidos, anemia…) que puede progresar hasta situaciones renales crónicas.
La patología renal puede clasificarse dependiendo de los factores a los que se haga referencia. Para poder establecer un diagnóstico fiable y dar un tratamiento adecuado, es importante hacer una clasificación correcta.
Así pues, conocida la anatomía y la fisiología del sistema renal, se puede establecer un diagnóstico, un tratamiento y unos cuidados generales y específicos para la enfermedad renal, tanto aguda como crónica.
Docente: Manuel Camós Ejarque
- Diplomado en Enfermería.
- Máster en Cuidados Críticos por la URJC. Experto en urgencias extrahospitalarias. Instructor de soporte vital avanzado y básico.
- Experiencia en servicios de urgencias y unidades de cuidados intensivos, así como experiencia laboral en servicios de emergencias extrahospitalarias.