Descripción
Se considera recién nacido de riesgo aquel que, como consecuencia de sus antecedentes durante el embarazo, parto y/o periodo perinatal, tiene más posibilidades de presentar, en los primeros años de la vida, problemas de desarrollo psíquico, sensoriales, motores o de comportamiento de forma transitoria o definitiva.
Los factores que conllevan esta situación se clasifican como de riesgo biológico, neurosensorial, psicológico, social o asociación de los mismos. Entre ellos, aunque no sólo, los recién nacidos “demasiado pequeños y demasiado pronto” constituyen un elevado porcentaje de los menores que van a tener riesgos de presentar trastornos del desarrollo.
Estos problemas pueden ser en recién nacidos pretérmino, o postérmino, pero no están exentos de problemas los recién nacidos a término. Los avances terapéuticos y técnicos en la época perinatal han permitido que la barrera de la viabilidad de un recién nacido haya aumentado, superviviendo recién nacidos con pesos y semanas de gestación cada día menores.
Los primeros momentos de la vida de un neonato, son vitales para su correcto desarrollo y maduración. El fomento del vínculo y el apego, los cuidados centrados en el desarrollo y en la familia, la lactancia materna y la donación de leche, son conceptos que deben tener siempre presentes y actualizados las enfermeras pediátricas a la hora de abordar el cuidado neonatal.
Los profesionales de enfermería pediátrica, tienen un papel muy importante en la atención a la salud del recién nacido (RN) con algún problema que ponga en riesgo su integridad física o mental, pues de su capacidad para identificar alteraciones y realizar una adecuada intervención enfermera depende la vida del recién nacido. Por lo tanto, el plan de cuidados de enfermeros debe ser integral, basado en las necesidades que presenta todo recién nacido de riesgo y también teniendo en cuenta los riesgos de morbilidad, en relación directa a la patología, al tratamiento y a su condición de prematurez.