El juego de la muerte

Jun 5, 2019

«Vivimos en una sociedad que se fagocita a sí misma, las buenas acciones son escasas y las malas ideas proliferan a toda velocidad en un medio que premia la imprudencia a golpe de “likes”. #OpiniónFUDEN por Javier Espinosa

Lo llaman el juego de la muerte, pero a poco que se bucee por Internet es fácil encontrarlo bajo una docena de denominaciones diferentes, siempre con el mismo macabro propósito: la asfixia voluntaria con el fin de experimentar un leve estado de euforia previo a la pérdida de conocimiento.

Nuestra población más joven ve en esta práctica un entretenimiento inofensivo, un juego en grupo que les lleva a experimentar una sensación nueva a través de… a través de no saben muy bien qué. A sus ojos, un reto del que te repones en pocos segundos; la realidad, una potencial anoxia encefálica debida a la compresión vascular cervical, (también existe la vertiente de compresión de tórax para impedir la expansión de la caja torácica y con ello la respiración del sujeto).

Aunque no se trate de una realidad nueva, recientes acontecimientos lo han colocado en primera plana. Por desgracia es el enésimo fascículo de la enciclopedia de la estupidez humana y lo peor de todo es que parece que vamos a entrega por semana: selfies mortales, autolesiones graves con fines lúdicos, disparos de revolver contra el pecho con la única protección de un libro para parar la bala. Algún día aprenderemos a enseñar a nuestros jóvenes que lo verdaderamente divertido es abrirlo y leerlo.

Vivimos en una sociedad que se fagocita a sí misma, las buenas acciones son escasas y las malas ideas proliferan a toda velocidad en un medio que premia la imprudencia a golpe de “likes”. Podemos continuar predicando en el desierto y ser la voz de la extrema razón que nunca fue escuchada. También podemos aceptar las reglas del juego y entender que para conectar con ellos y ayudarles a captar la magnitud de lo que tienen entre manos necesitamos hablar su lenguaje, aproximarnos a sus canales, a sus medios.

Que nadie entienda este mensaje como una claudicación, cuando se trata de la salud de los nuestros amoldarse a las necesidades es la herramienta más efectiva que poseemos. Ahora nos toca a nosotros ¿Queremos utilizarla?

Javier Espinosa
Responsable Pediatría en FUDEN