Descripción
A lo largo de las últimas décadas, gracias a los avances en el ámbito sanitario, y más concretamente en el campo de la Neonatología, ha aumentado la supervivencia de los recién nacidos con problemas de salud o con factores de riesgo para presentarlos.
Uno de los ejemplos más claros se da en el caso de los recién nacidos prematuros, y más aún en los recién nacidos de extremado bajo peso al nacimiento (RNEBPN); hace alrededor de 30 años, el límite de viabilidad fetal se situaba en torno a las 28 semanas de edad gestacional, sin embargo, hoy en día este límite se ha desplazado hasta las 24-25 semanas. Pese a ello, la mayoría de las muertes que tienen lugar en el periodo neonatal se producen en recién nacidos prematuros (el 50% de las muertes en el periodo neonatal corresponden a RNEBPN), y el hecho de la prematuridad constituye un factor de riesgo importante para presentar deficiencia y discapacidades, con las consiguientes repercusiones sociales y familiares.
La termorregulación del recién nacido también es un aspecto del mismo que lo puede convertir en un paciente de riesgo; la termorregulación es una función fisiológica que se encuentra íntimamente unida a la supervivencia, la morbilidad y el estado de salud del recién nacido, debido a que es una función crítica en estos pacientes, puesto que su capacidad para producir calor está limitada y se pueden encontrar aumentados los mecanismos de pérdida del mismo.
Otra situación de riesgo en el recién nacido es la ictericia secundaria a hiperbilirrubinemia. Un 60% de los recién nacidos presenta ictericia fisiológica que se resuelve sin incidencias, pero un 6% padece ictericia patológica, con el riesgo que supone de encefalopatía bilirrubínica.
El personal sanitario, debe encontrarse capacitado para manejar a este tipo de paciente y poseer conocimientos y herramientas que le permitan atender al neonato en situación de riesgo de la forma más apropiada de acuerdo con la evidencia científica.