Descripción
A través de los órganos de los sentidos, se recibe información del medio que nos rodea permitiendo la comunicación con él y con el resto de personas.
La afectación de cualquier tipo o grado en estos órganos puede repercutir física, mental y socialmente en la persona, llegando a alterar su día a día, haciéndolo más complicado, no permitiendo que realice sus actividades cotidianas con normalidad, e incluso producirse un aislamiento social por no poder interactuar de manera normal o por la no percepción de esos problemas por el resto de personas. Por este motivo recurren a los profesionales sanitarios para poder solucionar los problemas o paliar las consecuencias de los mismos.
Por esta razón, dada la repercusión que tienen las patologías otorrinolaringológica y oftalmológica en el paciente, los profesionales, en este caso de enfermería, deben de estar formados en estos campos, tanto el personal que trabaja por primera vez en este ámbito así como el que, trabajando ya en este campo, actualiza sus conocimientos, para poder abordar los problemas que el paciente presenta, basando las actuaciones a realizar en la evidencia científica, de una manera consensuada y coordinada con otros profesionales sanitarios implicados en el manejo de estas patologías.
La patología otorrinolaringológica tiene una alta incidencia tanto de afecciones agudas como crónicas. En atención primaria, primer escalón de contacto del paciente con el servicio de salud, tanto los médicos de familia, los pediatras y los profesionales de enfermería ven un alto porcentaje de patologías relacionada con el oído, nariz y garganta en su práctica diaria. Por ello es fundamental, en ese primer contacto, hacer una correcta valoración del paciente.
Es primordial conocer la anatomía y fisiología del oído, sus características, como funciona con normalidad, las principales patologías que se pueden dar, para poder detectar precozmente cualquier alteración, identificando los signos y síntomas que pueden presentar los pacientes y que en muchas ocasiones pueden pasar desapercibidos.
El papel del profesional de enfermería es también fundamental para aplicar una serie de cuidados enfermeros tras una intervención quirúrgica o tras cualquier otro procedimiento que se lleve a cabo, así como realizar educación sanitaria al paciente con problemas otorrinolaringológicos que le ayudará a minimizar o reducir el impacto de la enfermedad en su vida diaria, favoreciendo así un mayor bienestar tanto a nivel físico, mental y social.
Por otro lado, para el estudio del ojo y todo lo que en él ocurre está la especialidad de oftalmología, debido a la importancia que tiene la visión en el día a día, surge la necesidad de conocer sus características, las patologías que se pueden dar, las exploraciones a realizar y el tratamiento más adecuado a recibir.
El ojo, aunque es un órgano pequeño, es extremadamente complejo, de ahí que surgieran en el tiempo numerosas subespecialidades, encargadas de patologías o de zonas del ojo diferentes, exploraciones complementarias novedosas y tratamientos bastante avanzados.
Como especialidad quirúrgica que también es la oftalmología, el paciente se enfrenta a experimentar temor a lo desconocido, miedo a la cirugía, dolor, preocupación por los resultados que se puedan obtener tras la misma, a no quedar como antes, al desconocimiento de los cuidados post cirugía, es decir, toda una serie de reacciones que pueden repercutir negativamente en el paciente si no es controlado y tratado previamente.
De todo esto surge que los profesionales sanitarios, máxime los profesionales de enfermería en este caso, implicados en el manejo del paciente con patología oftalmológica, sean capaces de manejar al paciente de una manera integral y humana, ya que éstos requieren una serie de cuidados previos y posteriores a una cirugía, educación sanitaria para la adaptación de su nueva situación, como autocuidarse en casa y ante todo necesitan de la seguridad que se transmite al saber que la persona que le atiende y presta cuidados es conocedora del tema en profundidad.