Descripción
El cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer. Entre un 20-30% de mujeres lo padecen y continúa siendo la primera causa de muerte por cáncer en mujeres europeas. La mayor incidencia de padecer esta enfermedad está en las mujeres por encima de los 50 años, pero aproximadamente un 6% de casos se diagnostica en mujeres menores de 35 años. En Europa, el pronóstico es relativamente bueno, con una supervivencia de cinco años del 77%.
Sin embargo, esta supervivencia no libera a las pacientes de las secuelas de la propia enfermedad, factores de carácter ambiental como una alimentación inadecuada o el sedentarismo, que producen en estas pacientes una serie de alteraciones tanto a nivel físico como psicológico. Entre las consecuencias más relevantes en mujeres que deben ser intervenidas quirúrgicamente, se encuentra que entre el 16 y el 43% de las afectadas de cáncer de mama sufren limitación funcional en el hombro, inflamación, dolor o reducción de la fuerza y la flexibilidad en el miembro superior al año de la operación, una alta prevalencia que se observa que va en aumento.
No obstante, son los tratamientos adyuvantes como la quimioterapia o la radioterapia, los que tienen mayores consecuencias a nivel cardiovascular, ya que los efectos a nivel cardiaco y sus consecuencias en la capacidad aeróbica de las mujeres se convierten en una limitación importante a la hora de retomar sus vidas. Esto se traduce en un abandono de la actividad física que tiene visibles consecuencias en la fatiga, la pérdida de masa muscular y la descalcificación ósea relativa a la edad y a algunos tratamientos.
Las enfermeras juegan un papel fundamental en el desarrollo de la educación para la salud. Existe una necesidad por parte de los profesionales de enfermería de obtener los conocimientos necesarios para ver qué tipo de ejercicios son adecuados para cada paciente según el estadio de su patología y por parte de las pacientes de quitarse el miedo a realizar la actividad física elegida.