Por qué la enfermera es la mejor cooperante

Sep 5, 2019

Hoy, 8 de septiembre, se celebra el Dia del Cooperante en honor a los y las profesionales que trabajan por el desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza junto a las poblaciones más vulnerables del planeta en el ámbito de la Cooperación para el Desarrollo.

El día 8 de septiembre de 2000 los dirigentes del mundo se reunieron en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York y comprometieron a sus países con una nueva alianza mundial, la primera en la historia, para reducir los niveles de extrema pobreza y con el fin de alcanzar una serie de objetivos a cumplir en 15 años, los conocidos como los Objetivos de Desarrollo del Milenio

Pero ¿hay cabida y qué importancia tiene el rol de la enfermería en este sector? ¿Estamos los profesionales de enfermería preparados y, es más, nos sentimos capacitados para salir del ámbito clínico-asistencial y enfrentarnos a un contexto de salud intercultural? ¿A qué temores nos enfrentamos?

El origen de la enfermería radica en la aplicación de cuidados, los cuales han evolucionado desde los cuidados meramente familiares (ancianos y niños) hasta cuidados especializados en diversas áreas. Sin percatarse, la enfermería ha sido cuidadora, instructora, gestora e investigadora, visibilizándose estas competencias hoy día gracias a la formación reglada. Hoy, paulatinamente, la población y el profesional toman conciencia de que la enfermería es una profesión independiente y completa, con sus propias responsabilidades en un campo en el cual es especialista: los cuidados.

A pesar de esta notable concienciación adquirida hay una faceta que sigue luchando por visibilizarse entre la sociedad: la enfermera gestora.

¿Qué sería de la salud de las poblaciones sin una figura que identifique, planifique, ejecute y evalúe los cuidados, así como gestione los recursos materiales y humanos en el campo sanitario? Estas competencias son las que desempeña día tras día un profesional de enfermería en cualquier lugar del mundo, y no sólo en el ámbito clínico-asistencial (mayoría de países desarrollados) sino que forma parte de los quehaceres diarios de la enfermería en los países en vías de desarrollo, en los cuales se lucha con una gran capacidad de gestión por ofrecer cuidados de calidad con precarios recursos.

Si un profesional de enfermería está capacitado para desarrollar la gestión de cuidados en el ámbito clínico-asistencial ¿por qué no también en el ámbito de la cooperación internacional? Es en este ámbito en el que la enfermería destaca por ofrecer dos líneas de competencias; una de ellas, en el ámbito general de la cooperación en la gestión de recursos (materiales y humanos), ofrece una alta capacidad de organización y eficiencia hacia el alcance de los objetivos propuestos. En una segunda línea, relacionada con la cooperación internacional en el ámbito de la salud, destaca su organización, gestión, asesoramiento, especialización en tema de cuidados -desde su identificación hasta su evaluación- y la capacidad de docente, elemento fundamental para el empoderamiento de las poblaciones.

Para cerrar esta reflexión sobre el potencial de la enfermería en el campo de la Cooperación, paremos un minuto de nuestra ajetreada vida profesional y listemos todas aquellas actividades que desarrollamos y a las que nos enfrentamos en nuestro trabajo diario. Si trasladamos esta lista a un ámbito internacional (países desarrollados/ en vías de desarrollo) ¿qué diferencia podemos encontrar que no hayamos solventado en algún momento en nuestro quehacer profesional diario?

Nieves Márquez,
Enfermera Cooperación Internacional y Salud Escolar en FUDEN